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1743
Alexander Von
Ni siquiera me molesté en preguntar porque no tenía flores en su jardín y ni por ninguna parte de su casa, no era algo que le prestará mucho la atención, pero la curiosidad...
Por otro lado, Brandon y yo no tenemos tantos lujos como tener una mansión para presumir, pero Spenso si se lucía, le ganaba a todos de Buenos Aires. Vaya que sí.
Cuando mi amigo pidió permiso de ir al tocador, Spenso se acercó a mi y me contó, con su sonido de su voz suave que ya me había acostumbrado a su habla:
— Muchacho, no pude evitar notar porque te quedaste ahí mirando mi jardín. Mi hijo es alérgico también, posee una alergia anormal. No puede ver flores y por eso las quité. —Adivinó él.
No quería inmiscuirme del asunto de la enfermedad de su hijo, así que para romper la incomodidad de estar solos, no tuve otra opción que preguntar:
— ¿no está aquí?
— No está en casa, salió a cenar con su compañera de la escuela. Rrrr, esa chica no me agrada, está pegada todo el tiempo a mi hijo. También soy su padre y por ella es que casi no le veo.
Miré en todas direcciones buscando algún marco de fotos de su hijo o con él, pero lo único que había eran fotos suyas con una joven muy bonita y hombre alto muy apuesto que definitivamente se parece mucho a él.
— Lamento oír eso. —Digo, distraído. Al pensar también que debe ser que su hijo se aburre tanto también verlo a su padre trabajar todo el tiempo con sus experimentos. Que sé yo.
— Yo también. Ah y ellos de las fotografías son mi hermana adoptiva con su esposo. —Me señaló uno de sus marcos de fotos en que le había puesto los ojos encima.
— Oh.
Le veo que va al mueble dónde tiene las botellas, toma un vaso de vidrio y se sirve un trago para luego beberlo muy deprisa sin intenciones de invitarme.
— ¿Qué nochecita, verdad, Green? —Le digo al ponerme a dar vueltas por el salón y mirando cada uno de sus elegantes sillones.
Por un momento me detuve en seco al oír un chillido de alguna dirección del salón. Green se rió por lo bajo y se adelantó al decirme:
— Ah, eso. Si, eso. Son algunos murciélagos que se filtran por huecos de las paredes de afuera y andan revoloteando entre los muros. No es nada para preocuparse.
— ¿No le molestan? —Le pregunté sin cuidado.
— Las personas les temen a lo desconocido y yo convivo con eso. Muchacho, Von no me mire con esa cara. Para ser fuerte te debés adaptar con lo ordinario.
— Eso no tiene sentido. —Le digo titubeando.
Spenso Green es un hombre de aspecto de un rostro cansado, como si tuviese sin dormir en mucho tiempo, pero el color de sus mejillas aún permanecen rosagantes, excepto que le está saliendo arrugas de temprana edad, su pelo es liso color rubio castaño café, sus ojos azules pálidos y labios algo gruesos eran sus instintos de no poder evitar ser como es, un hombre serio y de mucha clase.
Hasta ahora todo lo que sé sobre Green y descubrí hace poco; que es un hombre soltero, la mujer a quién le gustaba llamada Yasmil, ella lo abandonó.
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Luna Naranja
VampireLibro 34 ©2020 Una promesa que jamás se olvida, y queda ahí impregnada en el pasado. Liz dice: "Mi primer amigo que tuve en la infancia fue un vampiro o, eso creía que era amigo mío. Sus intenciones eran otra cosa..." Tres niñas han olvidado su pasa...
