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- Te-tengo-humana
Sentí que todo se me vino abajo como un gran derrumbe, la respiración se cortó, era presa del pánico.
Los ojos de está... cosa, criatura lo que fuese en apariencia humana, se le pusieron sus pupilas rojos oscuros. Me tenía agarrada por los hombros con fuerzas, no podía pedir auxilio, no podía gritar...
Y si no podía hacer eso, debía hacer algo al respecto porque nadie me va a rescatar como suceden en las películas que siempre aparece alguien que te salva y se pone a luchar con el monstruo.
El vampiro o... lo que fuese, me tomó con las dos manos por el cuello y comenzó asfixiarme lentamente, mientras lo hacía se reía como un poseído.
Todo era confuso y me entró el mareo, ante que eso empeorará, actué, pensé rápido y con una velocidad inexplicable arranqué con mi propia mano desnuda un pedazo de rama del árbol que asomaba al costado mío y decidida a todo se lo atravieso en alguna parte su pecho, luego yo dando un grito lo empujo y hecho a correr a la derecha.
Las luces de colores que rodeaban la feria estaban muy lejos...
¿Cómo carajos he ido a parar tan lejos?
Corrí, corrí..., me trompezaba y caía, volvía a echar a correr, dónde sea que pudiera esconderme pero mi desesperación no me permitía pensar con claridad a la dirección donde quería llegar.
Estaba desorientada y las manos temblaban con locura. A unos 15 metros más adelante yo sin dejar de correr con falta de oxígeno, de repente crucé visión con un extraño individuo de cabello largo rubio con sombrero tejano, éste descansaba de pie en un árbol, ése, esa persona que se parecía vampiro carcajeó y luego susurró algo que me transmitió dentro de mi mente:
"No hay dónde ir, puedes correr todo lo que quieras o grita si eso deseas, caramelo de sangre... Corre, corre, corre."
Sacudo mi cabeza para que se desapareciera esa voz y risas en mi mente, pero aún era como ecos sus risotadas de un loco frenético. No me detuve...
