📖⚡El Quirk Mamodo⚡📖

LII-Height Alliance.

Para cuando Eva despertó al igual que su hermano, ambos estaban en una habitación especial, con una enfermera robótica que apenas sus sensores sintieron movimiento, se activó y se acercó a ellos dos para su chequeo.
Con un pequeño dolor de cabeza, Kiyo observó a su alrededor y luego observó a su hermana, viéndola ser revisada por la médica mecánica.

- ¿Que sucedió?... -se rascó la cabeza el muchacho mientras observa a su hermana-

-No sé muy bien, pero no me siento mal, me siento muy bien, como si pudiera hacer parkour pero no lo voy a hacer porque no sé de esas cosas y lo más probable es que me rompa algo, el cuello por ejemplo.

-También me siento bien... pero no entiendo el porqué. -se estira y cuelga sus piernas al borde de la camilla- Pero si recuerdo que... comenzaste a gritar cuando te estaban revisando tu kosei. ¿Sucedió algo, verdad?.

Eva miró a su hermano fijamente por unos cuantos segundos para después fruncir el ceño, mirando como la robot va por unas cosas, sin imaginarse que la conversación estaba siendo escuchada por el director y su plantel de profesores.

-Kiyo, por mi locura en la batalla, tragué la sangre de All for one. Cuando me estaban haciendo el chequeo de mi poder, lo vi a él, diciéndome que yo le serviría, no sé que me ha hecho pero eso pudo haberte afectado a ti también. No sabemos exactamente qué sucederá ahora, pero de lo que si estoy segura es que entre los dos nos vamos a apoyar.

-También lo vi, en mi cabeza, diciéndome lo mismo pero que algo había activado en mi cuerpo.

-Podría ser tu poder, hermano. -dice pensativa-

-No digas tonterías, yo no tengo poderes, en el chequeo médico decía que yo no los tendría jamás.

-Pero sabes quién es él. Puede extraer y dar poderes a quienes se postran de rodillas a él. -le mira fijamente- Vamos a descubrirlo, si? Juntos lo haremos.

Kiyo sonrió suavemente y quiso pararse de la camilla para poder abrazarla, pero la robot extendió su brazo y lo volvió a acostar sobre la superficie blanda. Soltando un suspiro de desgano, escuchó un sonido característico de Eva. Cuando algo realmente la preocupa y mantiene pensando por mucho tiempo, ella arruga la nariz y expulsa el aire contenido en sus pulmones.

-Hay algo más, cierto?.

-Sí. -mira a Kiyo-  Mi hermano biológico volvió...y está en manos equivocadas.

-El mamodo del campamento, no? Ya decía yo que el parecido contigo estaba presente. Pero, ¿no que estaba muerto?.

-Uno de nosotros sí, pero Raito, el mamodo que nos atacó en el campamento, es mi hermano mayor. Me dijo que por desesperación había aceptado a ese hombre como su lector. Ryan Hellson, criminal buscado desde hace diez años. Gracias al poder de mi hermano es el porqué aún no lo han atrapado. -suspira mientras vuelve a sentarse, mirando la pared frente a ella- Quiero salvarlo, Kiyo. Quiero sacarlo de ese martirio; los mamodos solo obedecemos las ordenes de nuestros lectores cuando la protección es necesaria, pero ese hombre, ya ha pasado los límites de toda regla. Los demás mamodos están enfurecidos, eso lo sé. -observa el libro sobre una mesa en aquella habitación- el libro me lo hace saber.

Los ojos de la robot se enfocaron en ambos hermanos, y aquella imagen de los dos fue traspada a la pantalla que permite que el director Nezu y sus trabajadores pudiesen observar y escuchar a los hermanos Takamine.
Nezu apretó unos botones rápidamente y la visión de la enfermera de metal cambió a una cámara infrarroja especial, capaz de ver la actividad del poder en las personas.
Y como lo sospechaba, el cuerpo del muchacho había despertado su poder, pero milagrosamente el vínculo entre ellos dos lo estaba manteniendo a raya.

-Director Nezu, ¿qué haremos con ellos dos?... ¿son peligrosos?. -Midnight expresa su preocupación mirando a los hermanos-

-No, no son peligrosos. Más bien tenemos una enorme oportunidad de ayudar al señor Takamine a que controle sus poderes como es debido, antes de que AFO quiera hacer algo para que ellos dos lo obedezcan.

- ¿Que hacemos entonces, Nezu?. -Aizawa observa al roedor de reojo-

-Pues llevarlos a la Height Alliance, por supuesto. Son tus alumnos después de todo, Aizawa-kun. -sonrie el roedor mientras alza las patitas-

-Tch, me lleva... -gruñe el pelinegro, ocultando un poco su rostro entre sus vendas-

Los tiernos ojos del director reflejan a los dos hermanos en la habitación, aunque pronto esa imagen es reemplazada por la de Ryan Hellson y su mamodo, este último teniendo solamente fotos captadas por cámaras de seguridad de la institución.

Allí estaban los dos ladrones de sus archivos.

Su alta fue dada un par de días después, sus compañeros estaban muy preocupados por ellos dos, nadie sabía nada de los hermanos Takamine, incluso aunque iban al hospital, los héroes que vigilaban la zona de internación de emergencia no permitían que pasen, solo los padres de ellos dos.

Pero una tarde, en que Tsuyu estaba sola en la entrada de los edificios departamentales, unos pasos lentos le llamó la atención, viendo enseguida a quienes más le preocupaba el no saber nada.
Con un nuevo cambio de look, Eva con el cabello corto, junto a su hermano con un bolsón verde con detalles amarillos, se detienen a admirar la edificación.

-¿Que demonios se fumaron para construir esto en tan poco tiempo? ¿Como se llamaba, la Height Alliance? Debería llamarse la Fast Alliance.

-Más respeto, Eva. -le da un golpe en la cabeza con el libro-

-Ay. -cierra los ojos por breves segundos para volver a mirar el edificio-.

Tsuyu fue vista por el dúo pero esta pasó rápidamente adentro para gritar que Eva y Kiyo estaban allí.
El poco tiempo que le tomó a la clase entera salir fue sorprendente, todos estaban en el pórtico, mirando sorprendidos a quienes habían llegado.

-Oye... parece que se asustaron... -susurra la joven a su hermano-

-Obviamente, si la tierra nos tragó y escupió después.

-¡¡¡¡EVA, KIYO!!! -gritan todos a la vez-

La gran avalancha de alumnos se acercó rápidamente a ellos dos, abrazandolos con fuerza. Las mujeres soltaban lágrimas abrazando a la peliblanca mientras que al pelocastaño oscuro lo alzaban y tiraban hacia arriba, soltando unos gritos de alegría.

-Paren!!! Voy a vomitar!! -grita el joven que se empieza a marear-

Riendo, los alumnos bajaron al lector y luego atacaron a la chica para hacer lo mismo, haciendo que riera cada vez que su cuerpo era impulsado, sintiendo la brisa de la tarde.

Una bienvenida un tanto inesperada para los hermanos.