XCVII- Sorpresita en el trabajo.

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El tiempo pasó como Iida en una carrera por ver quién captura al villano más problemático.
La pareja posee un buen matrimonio, hay peleas de vez en cuando pero lo arreglan de una forma... "civilizada".
Pero un tiempo después...Evangeline comenzó a sentirse rara, le dolía la cabeza y de vez en cuando buscaba algo que comer, ¿su apetito de mamodo volvió?.

Al parecer si.

En uno de los tantos ataques de villanos, uno en especial era problemático, psíquico tenía que ser. Llegó a escena el dúo de hermanos junto a él cenizo, viendo cual es el problema, notando enseguida a un hombre de avanzada edad, estaba descontrolado, gritando y maldiciendo a todos por lo que le pasó a su esposa por culpa de los héroes, por no haberla salvado de los villanos de verdad que habían atacado la ciudad.
El dolor de un hombre por perder a su compañera de vida se siente en cada grito y desesperación del tipo... y empeoró aún más cuando vio a los héroes mencionados llegar a escena, no habían sido los culpables pero de igual modo merecían lo mismo.

Muerte.

Gritando de enojo, el sujeto alzó los brazos hacia arriba, levantando psíquicamente escombros y mirando fijamente a los recién llegados, los lanzó sin piedad alguna. Los tres abrieron los ojos en grande y como pudieron esquivaron aquellos proyectiles enormes que iban en su dirección. Corriendo, Evangeline se agachó, abrió la boca y dejó salir una esfera roja, la cual al detectar al hombre, rápidamente se acercó a él por detrás, ingresando por su espalda para que luego segundos después su cuerpo ser iluminado por un aura del mismo color ya dicho.

Mirando a los lados, notó a una distancia de 10 metros una columna de hierro, esas de la luz peatonal; saltando un poco en su lugar, se preparó y con el silbido de su hermano comenzó a correr hacia el hombre, esquivando, saltando o destruyendo los escombros que estaban yendo en su dirección para detenerla, pero al parecer nada la podría parar.
Arremetió contra el hombre abrazandolo por el torso para después empezar a empujarlo con fuerza hacia el poste de luz hasta unos metros, dejando que su habilidad ya activada haga su trabajo. El magnetismo en el cuerpo del masculino lo hizo ir para atrás, siendo atraído por el metal detrás de sí; el sonido sordo de impacto se escuchó y la mayoría de la gente que comenzaba a acercarse soltó un "uuuh", Evangeline, con la respiración algo agitada se fue acercando hasta el sujeto que mantiene los brazos bajo y la mirada triste, soltando lagrimas mientras repite una y otra vez que no había podido vengar a su esposa como se debe.

-Señor, por favor tranquilícese...-Eva alza las manos en señal de paz- No le haremos daño, solo queremos que se tranquilice y así podamos conversar.

- Raiki! No!. -Katsuki grita a su esposa, no confía en el tipo, podría lastimarla-

Mostrando su mano como si dijera "espera", se fue acercando al mayor, viéndolo como sus lágrimas van cayendo una tras de otra. El hombre, con la voz quebrada habló sobre que los héroes no habían salvado a su hermosa de un villano, habían provocado su muerte de la peor manera y en frente de él. Evangeline sintió el dolor en cada una de las palabras del mayor, perder a quien amas es la peor tortura del mundo; un jadeo de sorpresa salió de los labios del capturado y extendiendo su mano en dirección a la pelinegra, abrió los ojos en grande para después soltar una pregunta que descolocó totalmente a la heroína.

-¿Pelea estando embarazada?.

Su mente quedó en blanco, ni siquiera se dio cuenta de los oficiales que vinieron a arrestar al hombre para llevarlo a la patrullera esposado. Katsuki se acercó a su esposa, preguntando si estaba bien o no pero al verla pálida e ida supo que algo le hizo o le dijo ese viejo. Quiso ir hacia el vehículo de la policía y pedirle explicaciones pero fue detenido por el brazo, haciendo que observe a la mujer.

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