📖⚡El Quirk Mamodo⚡📖

XCIII- Tiempo.

Así pasó el tiempo.

El libro gris fue guardado bajo llave en un baúl en la casa de los Takamine. En un principio ambos tuvieron dificultades en el manejo de sus poderes pero con ayuda de los profesores y en especial de sus dos mentores, ambos hermanos pudieron equilibrar sus habilidades, haciéndolos un mejor dúo.
Y esos días, se volvieron semanas, meses y años, hasta que al fin el dia más importante de todos llegó.

Su graduación.

Bien temprano, los alumnos de la clase 3-A se encontraban corriendo de aquí para allá, desayunando rápidamente mientras que otros se ponían chalecos o zapatos. Corriendo por el pasillo, la joven que alguna vez fue mamodo, corre con su hermano en su espalda, escuchando las quejas de este por estar usando ropa de traje.
Él también se graduará con ellos como un héroe oficial, ahora que tiene un control estupendo de su poder, su libertad de salir a las calles y cumplir la última fase de su sueño se ve a la vuelta de la esquina.
Ya solo algunos estaban en la sala, Kiyo bajo de la espalda de la chica y tomando dos sándwiches, se acercó a su hermana que calza sus zapatos, le entregó uno de los que agarró y llevándose el sobrante a la boca, se coloco los zapatos para así salir junto a ella, corriendo para alcanzar a los demás.

Nunca más harían una fiesta de despedida un día antes del evento más importante de todos.

-¡¡Clase 3-A!! ¡¡Corran más rápido!!!. -el grito del delegado de clase resuena en todos los oídos de los demás - ¡¡Vamos tarde!!.

-¡Y LA CULPA DE QUIÉN ES?! -grita la clase entera-

-¡¡SOY DELEGADO, NO DESPERTADOR!!!

Rodando los ojos, los jóvenes llegaron al patio donde se celebraría el evento; afortunadamente llegaron unos minutos antes, aunque pronto fueron guiados a sus lugares correspondientes por el asistente de Nezu, el hermano de la oji-dorado.
Este al ver a su hermanita, sonrió en grande y con los ánimos renovados se acercó a ella para abrazarla, felicitandola por llegar hasta ese día tan especial. Entre todo ese público, una heroína gatuna se acercó corriendo al castaño, lo llamó y dando un salto se aferró a él, provocando que cayeran al suelo, él siendo la colchoneta de ella.

-Kiyo~ -la rubia sonríe mirándolo- Felicidades, cariño ~

Sonrojandose por la felicitación de su pareja, no pudo evitar abrazarla, escuchando una especie de ronroneo, ¿era eso no?.
Riendo un poco por lo que ve, Evangeline va a su lugar, tomando asiento mientras que esperan a que inicie el evento; mirando a un lado suyo, notó al explosivo temblando de enojo por algo que nunca imaginó que volvería a pasar.

Best Jeanist lo había vuelvo a peinar para ese día.

Soltando una risa suave, el cenizo la observó enojado, aunque cuando lo hizo, unos suaves labios se posaron en su frente, provocando que sus mejillas se tornaran rojas y de la impresión, su cabello explosivo volvió en un parpadeo.
Separándose, le acomodó unos mechones y volvió a su asiento, bajo la atenta mirada de su pareja.

Siempre tan bella para él.

Cuando iba a tomarla de la mano, el evento principal empezó, haciendo que los alumnos se pongan de pie al igual que el plantel docente e invitados, viendo como el pequeño director sube a la tarima para comenzar con el discurso dirigido a todos los alumnos presentes, felicitando los su logro más grande.
En cada una de las palabras, el sentimiento de orgullo y felicidad por aquellos que por fin se pueden hacer escuchar en la sociedad, se siente como un abrigo reconfortante en los corazones.

Aunque cuando dicho discurso terminó, el pequeño director dijo algo que hizo que todos los alumnos miren hacia atrás.

-Ahora unas palabras de una de las heroínas graduadas que tuvo muchos obstáculos que pasar. -sonrie el director- Señorita Takamine, por favor suba.