📖⚡El Quirk Mamodo⚡📖

XVI. Festival Deportivo. Part 5

Evangeline junto a su hermano se encontraban en el pasillo que lleva a la plataforma del estadio, esperando a que el nombre de la peliblanca sea anunciado por Present Mic.

Kiyo se quitó la capucha y dio un gran bostezo que hizo contagiar a la joven mamodo. Ambos se miraron cuando terminaron de bostezar para así poder reír con fuerza.
Los dos estaban felices, habían llegado a tan alto en ese festival que ahora si estaban decididos a dar su mayor esfuerzo, aunque bueno, a la joven peliblanca lo único que le preocupa es su hermano, el cansancio ya lo estaba clamando.

-Kiyo, si ya no puedes continuar, iré a anunciar que nos retiramos.

-No. Le prometí a mamá que nos llevaríamos la medalla de oro a casa -le mira y sonrie levemente- nosotros podemos, Eva~

Antes de que pudiera decirle algo más, su nombre y el de su contrincante fue anunciado por los parlantes. Frunciendo levemente el ceño, observó nuevamente a su hermano y este se colocó otra vez su capucha.
El joven tomó la mano de su hermana y comenzó a caminar hacia la plataforma, ¿acaso era idiota? Necesita descansar, podría desmayarse o algo peor.

Pero no podía decirle nada, él desea seguir adelante.

Kiyo quedó a las afueras de los límites con el libro en sus manos y Evangeline se posicionó de brazos cruzados, mirando a su contrincante oscuro con la sombra parlante.
Ambos se miraron y la albritro dio la señal de inicio, siendo Tokoyami el primero en atacar, mandando a Dark Shadow a arremeter contra la peliblanca.

-Esquivalo, Eva!!! -grita su hermano-

La joven se lanzó al piso rápidamente, apoyando las manos al suelo y quedando en posición de cuatro patas.
Kiyo abrió el libro rápidamente y gritó el primer conjuro. Como normalmente es, los ojos de la joven se tornaron blancos, su boca se abrió y la gran descarga eléctrica salió de ella, yendo en dirección de un muy asustado Dark Shadow.
De no ser por su portador, hubieran sido eliminados pero Tokoyami logró meter a su compañero a su lugar seguro, recibiendo la descarga por él.

Apretó los puños con fuerza al igual que sus dientes, aguantando el dolor que las descargas provocan en su cuerpo.
Rápidamente la joven se puso de pie, comenzando a correr hacia el cabeza de cuervo, se impulsó y lo tomó del cuello con ambos brazos para poder hacerle una llave, lanzandolo con fuerza al suelo.

Un "UUUHHH" se escuchó por parte del público, Tokoyami comenzó a ponerse de pie a duras penas pero recibió un rodillazo en el abdomen que le hizo perder el oxígeno por varios segundos.

-Uuuhhhh!!!! ¡ESO TUVO QUE DOLER!!! -anuncia Present Mic y luego mira a su acompañante- ¿¡Que opinas de esto, amigo mío?!

-Yo no opino nada, yo solo veo que sucederá. -Aizawa observa fijamente a su alumna y frunce el ceño bajo las vendas-

Dark Shadow salió de su portador para protegerlo, envolviendo a la chica en una gran y aterradora oscuridad.
La sombra la mantenía dentro suyo, tratando de detenerla por unos minutos, buscando la manera de ganar.

-¡Zakeru!!! -grita Kiyo con todas sus fuerzas-

La sombra que detenía a la peliblanca retrocedió cuando sintió el impacto eléctrico, haciéndolo reducir su tamaño. Eva con enojo preparó su puño para impactarlo contra su contrincante pero este rápidamente alzó ambas manos.

-¡Me rindo!

El estadio quedó en silencio para luego estallar en un fuerte grito de emoción, el nombre de la ganadora fue anunciado y Evangeline extendió su mano a su compañero de clase. Fumikage miró algo desconfiado a su compañera, temeroso aún por lo que había sentido a la hora de batallar con ella; lentamente fue subiendo la mano y la joven lo tomó con confianza, ayudándolo a ponerse de pie.

-Tienes a un buen compañero a tu lado, trabajen juntos de manera correcta, así sabrán como la victoria los abraza -sonrie la joven-

Sorprendido por las palabras de su compañera, sonrió de lado y asintió en dirección a ella. Se dieron un apretón y salieron de la plataforma donde un sonriente Kiyo los espera.

Solo una batalla más y la victoria sería suya.

Su última pelea sería contra el ganador de la batalla que se llevaría a cabo ahora, entre Bakugou Katsuki y Todoroki Shoto.

Ayudando a dormir un poco a su hermano, observa la pelea por medio de la pantalla de la televisión. Miró una vez más a su hermano y pensó seriamente si continuar o no, pero estaba muy preocupada por Kiyo, lo menos que quería es que sufra una recaída o se desmaye a causa de la falta de energía extrema.

-Kiyo idiota... -susurra la joven mientras observa a su hermano dormitar- Si tu te debilitas, yo también... pero si quieres seguir hasta ya no más poder... esta bien. Hagamos esto juntos.

El grito de júbilo de las personas la hizo salir de sus pensamientos y su diálogo solitarios, fijando su mirada en unos dormidos Shoto y Katsuki.
El nombre del segundo mencionado se muestra en la pantalla, ahora sabiendo que lucharía contra el musulmán, ¿qué debía hacer? ¿Rendirse o no rendirse?.

Con los problemas enmarañando su cabeza, se rascó varias veces dicha zona y soltó su cabello..., su molesto cabello.
Si pelearía con todo, necesita aligerar su cuerpo.
Teniendo cuidado de no despertar a Kiyo, lo acomodó sobre los asientos, se acercó a los casilleros, abrió uno y se observó al espejo, teniendo por breves segundos flashbacks sobre su madre biológica.
Ella es la viva imagen de la mujer que la trajo al mundo y que luego la dejó, dando su vida para protegerla.

-Tu madre estaría orgullosa de la jovencita tan valiente en que te has convertido.

-La puta madre. -se cubre la boca y observa al culpable del susto- Si no fuera porque estas débil y necesitas descansar, ahora mismo te daría unos buenos golpes, Kiyo Takamine. -gruñe-

-Ja Ja Ja, que malota -sonrie y ríe esquivando el zapato de su hermana-

Inflando las mejillas, dio pequeños saltitos yendo a buscar su zapato faltante y cuando lo iba a tomar, su hermano dio un empujón a dicho objeto alejandolo más.

Como conejito fue saltando hasta llegar a su zapato, se lo colocó y emprendió carrera empezando a perseguir a su hermano, quien feliz comienza a reír y mirar a su hermana mientras trata de huir de ella y sus ganas de golpearlo.
Momentos como este son los que aprovecha para hacerla distraer de su trágico pasado, un pasado que la atormenta en sueños dormidos o despiertos.

Aún la sombra de aquel asesino de la familia Raiki estaba presente, como si fuera un verdugo que espera el momento preciso para atacarla y llevársela al abismo de la muerte.