XCIV- Un romántico héroe.

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3 años más tarde.

Nuestra protagonista ahora se ha convertido en una de las mejores heroínas que todo Japón jamás ha tenido, junto a su hermano Kiyo, los dos han logrado detener desastres provocados por villanos en masa que durante sus primeros años han acumulado odio hacia el dúo Raiki.

¿La razón?.

Ellos nunca se rinden hasta encontrarlos, y peor aún, el dúo trabaja para la policía, siendo ellos la primera línea de ataque y rastreo-por la habilidad mamodica de la chica en rastrear u oler algo o alguien-. Aunque sus trabajos han sido formidables, también son conocidos como "Los héroes que no se dejan entrevistar", eso es porque desde la tercera vez que Eva se topó con una periodista, le había arrancado un mechón de cabello, otra vez, todo por una exclusiva había provocado no saber más nada de ellos después de los hechos de una pelea.

También, durante esos años, Kiyo por fin pudo pedir la mano a Ryuko, y para cuando fue su segundo año siendo héroe, se casaron en la playa de Musutafu, siendo héroes y familiares los invitados-Alerta de Spoiler, un especial en cualquier momento-
Y además no solo eso, nuestra chica, ahora vive con su tan heroico pero explosivo novio en un departamento cercano al centro, aunque últimamente el cenizo se mantiene distraído y la ignora un poco, tal vez deba prepararse para cuando escuche, "Tenemos que hablar" "Necesitamos un tiempo", ya lo ve venir, mejor prevenir que curar.

Dejando de lado eso, ahora mismo la joven heroína se encuentra caminando de vuelta a casa, aunque le pareció raro ver a Eijiro correr hacia ella con el alma saliendo de su cuerpo, estaba bastante temeroso y preocupado a la vez.

-Eijiro? Que pasa? -le mira un tanto preocupada-

-Es Katsuki -jadea del cansancio mientras apoya sus manos en las rodillas- Un villano lo atacó con la guardia baja... y esta muy herido.

-¿¡Qué?! ¿¡Dónde está?!

-En el parque de aquí cerca, también está Denki... estan en la zona del mirador.

Asintiendo, la chica comenzó a correr mientras que detrás suyo el pelirrojo se endereza y sonríe, el plan estaba saliendo a la perfección.

Corriendo como alma que se lleva el diablo, la pelinegra llegó hasta el sitio, ahora debía ir a la zona del mirador,  tal vez su amigo eléctrico esté protegiendo a su novio de los ataques de ese villano, va a arrancarle la cabeza si le hizo algún ...

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Corriendo como alma que se lleva el diablo, la pelinegra llegó hasta el sitio, ahora debía ir a la zona del mirador,  tal vez su amigo eléctrico esté protegiendo a su novio de los ataques de ese villano, va a arrancarle la cabeza si le hizo algún daño de gravedad.

Subió las escaleras rápidamente, aunque poco a poco algo le fue llamando la atención, faroles con velas marcaban el camino hacia arriba, exactamente donde se debería estar llevando a cabo una pelea ¿acaso ya terminó?.
Aún sin bajar la guardia, fue llegando hasta la sima, donde más velas iluminan el lugar y una mesa para dos estaba puesta, ¿el villano salió decorador de restaurantes o que?.

Caminando hasta el centro del lugar, sobre la mesa una nota se muestra con una rosa a la par. Extrañada por lo que encuentra, toma el pedazo de papel para poder leer lo que dice.

"Mira detrás de ti".

¿Donde ya había visto estas cosas? ¿Películas de terror y asesinos?, sí, tal vez de por ahí. Doblando la nota, poco a poco fue dándose la vuelta con la guardia muy en alto, esperaba ver al maniático que la hizo venir a ese lugar pero grande fue su sorpresa de encontrarse con el cenizo, arrodillado frente a ella con una sonrisa coqueta y sin rastros de haber sido atacado brutalmente por un villano, ¿tan bajo cayó en un truco como ese?.

-Hola~. -sonrie-

-Condenado puercoespín explosivo... ¡Hijo de burro leproso!! -gruñe la chica mirandolo- Me asustaste de muerte...¡otra vez!. -alza su mano derecha para darle una bofetada-

-Espera espera espera espera! -la chica se queda quieta- Antes de recibir el golpe que me merezco por hacerte venir por medio de mentiras. -la chica frunce el ceño a no más poder, luego se encargaría de Kirishima- Tengo algo que decirte... y quisiera que seas sincera luego de que me escuches... por favor.

Y allí estaba, tal vez hizo aquellos arreglos para que se viera menos...doloroso la propuesta de terminar, buen truco para no hacerla sentir mal.
Bajando poco a poco el brazo, los cruzó y suspiró un poco desviando la mirada hacia un lado, a pesar de no notarse, le dolía que quiera terminar con ella o algo por el estilo.

-Evangeline, sé que en estos últimos días he estado distante y hasta incluso te he ignorado, pero es por una buena razón. -se relame los labios-Eva, tu eres una chica maravillosa, te lo he dicho desde que nos hicimos pareja en nuestro primer año en la academia, no me arrepiento de haber luchado por ti, pues el no rendirme me dio el premio de permitirme estar contigo hasta hoy en día, te he respetado y amado como tu lo haces, sé que a veces tenemos nuestras peleas, pero sabes como terminamos luego de ello -suelta una leve risa viendo como la chica se va sonrojando- Pero a pesar de todo, te sigo amando, igual que la primera vez en que te vi. Hasta recordarme la primera impresión que me lleve de ti, me pone la piel de gallina, estuviste fenomenal y tu lado sádico hizo que me fijara aún más, admirando y amando cada una de tus maneras de ser, incluso cuando te ponías salvaje, esa es la característica que más amo. -sonrie llevándose la mano a su bolsillo- Y quiero seguir viendo todos los días de mi vida esas facciones, quiero verte hasta en tus más sensibles momentos... pero solo hay una forma para que eso suceda. -le mira mientras saca de su bolsillo una cajita negra para así poder abrirla, mostrando un hermoso anillo- Evangeline Takamine, ¿Serías la esposa de este puercoespín explosivo, hijo de burro leproso que te ha asustado en esta noche tan tranquila?.

Mirándolo con sorpresa en sus ojos, su sonrojo se hizo más notable y ocultando su mirada gracias a sus cabellos, sus lágrimas comenzaron a caer una tras de otra, ¿se había preocupado y preparado para un rompimiento que no iba a pasar?. Se sentía tonta, jamás se pudo imaginar que el cenizo tan agresivo que conoció en la academia, ahora está en su modo más tranquilo y romántico, pidiéndole matrimonio de una forma especial.
Mirando a su contrario, este se preocupó al verla soltar lágrimas gruesas una tras de otra, ¿no le gustó la propuesta? ¡pero si había hecho todo lo que Kiyo le había dicho!. Poniendo sus ojos en blanco del enojo, la imagen de Kiyo riéndose de él se hace presente en su cabeza, lo va a matar si dijo cosas erróneas a tal punto en que su novia presente odie lo que preparo.
Su vista se volvió a enfocar cuando la contraria se arrodilló a su altura, se secó las lágrimas y dándole una de las sonrisas más hermosas que jamás vio, su corazón comenzó a latir rápidamente.

-Katsuki~... si quiero, si quiero ser la esposa de este puercoespín explosivo hijo de burro leproso. -ríe soltando más lágrimas-

Abriendo los ojos en grande, no pudo evitar acercarse y con alivio inmenso la abrazo, sintiendo los brazos de su chica -ahora prometida- rodearle el torso, ella jamás perdió la calidez en sus abrazos, y ahora lo más probable es que pueda sentirlos todos los días de su vida.
Por unos largos minutos, el abrazo duró hasta que se separaron, mirándose a los ojos con amor y sinceridad; Katsuki sacó el anillo y con cuidado se lo fue colocando, le dio un beso en el dorso de la mano y por último, con una sonrisa se acercó hasta poder posicionar sus labios sobre los de ella.

Quien lo diría, un susto y una propuesta de matrimonio en un día.

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