LXXV- ¡Hora de la Residencia!.

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Lunes por la mañana, 6:30 a.m.

Los hermanos Takamine ya se encontraban abandonando la academia acompañados por Mirio e Izuku, pues al parecer irían en la misma dirección. Principalmente Kiyo se encontraba bastante emocionado, hablando con el rubio de tercer año y con el compañero de su hermana, contagiando su alegría con ambos mientras que lleva en su espalda a la peliblanca, dormida para variar.

Eva se había pasado la noche entera organizando sus cosas y las de él, le había prometido ayudarla pero la emoción lo había hecho dormirse temprano. A veces piensa que tal vez ella es como una mini versión de su mamá pero la actitud que posee hace que cambien rápidamente ese pensamiento.
Mientras caminan, la observa de vez en cuando para asegurarse que duerme cómoda, nunca despierta con ruidos fuertes, hasta es capaz de dormir en fiestas con la música a todo volumen.

Si que tiene el sueño pesado.

Para cuando dieron las 7 de la mañana, los dos muchachos fueron por un camino mientras ellos tomaron una ruta diferente, pasando por medio de una avenida comercial. Tentado por las cosas que se venden, su vista capta algo especial... o más bien a alguien especial.
Con sus orejas bien en punta y colita de algodón, la heroína Mirko estaba a tan solo unos pasos, viendo las zanahorias frescas que una conocida comerciante se encuentra ofreciéndole.
Con su sonrisa característica, las orejas de la heroína se movieron en un pequeño espasmo al escuchar la voz del castaño saludandola.

-Buenos días, Mirko-sensei. -sonrie el muchacho mientras la observa-

-Pero si son mis dos pequeñas bolitas de algodón! Eh? -Observa a la peliblanca- ¿qué le sucede?.

-Am...durmió tarde por mi culpa -rie algo nervioso y luego mira a su hermana- Hey, despierta hermanita, ya llegamos.

Removiendose en la espalda de su hermano, parpadeó un poco para después enfocar su mirada hacia el frente, notando a la heroína sonriente. Bajándose de la espalda de su hermano, se arregló un poco la ropa y se puso a un lado para realizar una reverencia.
Soltando una pequeña risa, la coneja se despidió de la mujer para comenzar a caminar con los dos estudiantes detrás suyo.

-Estoy tan emocionada por trabajar con ustedes!. Desde que los vi en el festival deportivo y en la batalla de All for One vs All Might, supe que ambos son una formación perfecta, ¡por todas las zanahorias! ¡Ustedes son fantásticos!. -sonrie dándose la vuelta sin dejar de caminar- ¿Se lo han dicho?, incluso tienen un pequeño club de fans.

-¿Fans? -la peliblanca la observa-

-¡Así es!, en las páginas de internet hay un club que se formó especialmente por ustedes y su hazaña con All Might. -sonrie de lado- Tienen un futuro prometedor, señor y señorita Takamine.

Los dos mencionados se observaron para luego seguir con su caminata, escuchando todo lo que la coneja va diciendo.

¿Ellos con un club de fans?, es algo que nunca se pudieron imaginar.

Llegaron a un edificio departamental, ingresaron al lugar y grande fue su sorpresa al ver a algunos héroes en vestimenta de civiles llegando o saliendo

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Llegaron a un edificio departamental, ingresaron al lugar y grande fue su sorpresa al ver a algunos héroes en vestimenta de civiles llegando o saliendo. No entendían muy bien que es aquel sitio hasta que la heroína decidió hablar entrando al ascensor.

-Este edificio es un tanto especial. Aquí estamos los héroes que no tiene agencia o que no trabajan en alguna. Vivimos los héroes independientes, también dan alojamiento a quienes les cuesta encontrar una agencia. Incluso la semana pasada vino un grupo de marinos... ¿o eran piratas?, no lo sé, pero eran bastante amistosos. -sonrie y los mira- Las veces que no puedan regresar a su academia, se quedarán aquí, ¿les parece?.

-Por mi no hay problema. -la chica sonrie suavemente-

-Por mi parte tampoco hay problema. -sonrie- Esperamos no causar problemas.

-¿Problemas? No chico, no te preocupes de ello. -rie apretando un botón- A mi me encantan los problemas.

Su piso es el número 6 y cuando llegaron, las puertas del ascensor se abrieron permitiendo que vean un pasillo largo con al menos 12 puertas. Caminaron fuera del elevador hasta llegar a la puerta número 10, la coneja la abrió y les permitió ingresar. Un departamento bastante sencillo pero acogedor; Rumi les indicó cuales serían sus habitaciones y les pido que se pongan sus trajes, ya que ese día empezarían con su entrenamiento, pero primero...

Harían un patrullaje.

Los dos fueron a cambiarse mientras que la heroína los espera, esta bastante feliz de trabajar con los hermanos, y como ya se los había dicho, desde que los vio supo que ambos serían los compañeros perfectos para ella. Además se había fijado en algo, en especial en ella; la chica es alguien bastante ágil, además de tener una fuerza inhumana, una resistencia abrumadora y una mirada intimidante, es una depredadora a simple vista. No va a negar que la primera vez que la vio, se sintió amenazada cuando vio aquella mirada dorada sobre ella en el laboratorio de pruebas físicas, había visto a través de los ojos de esta al enorme dragón dorado.

Por primera vez podía decir que sus piernas temblaron.

Cuando salió de su trance, los hermanos ya salían de las habitaciones con sus trajes puestos, unos perfectos para la movilidad, en especial para ella.
Sonriendo en grande, se llevó las manos a la cintura y se acercó para observarlos mejor.

-Ustedes deben saber que trabajo a un ritmo bastante rápido. ¿Podrán seguirme el ritmo?

Evangeline observó a su hermano y este le asintió, ya se habían enfrentado a All for One en dos ocasiones, alcanzar a la heroína conejo no sería problema para los dos. Los dos le sonrieron a Rumi y esta también lo hizo, acercándose para abrazarlos por el hombro comenzando a caminar hacia la salida de aquel departamento.

Su día prácticamente estaba perfecto.

Y más perfecto no podía ser cuando en medio de su patrullaje, un villano se hizo presente creando estragos.
La heroína junto al dúo Raiki se hizo presente, empezando a evacuar la zona con algunos héroes  cercanos a la redonda de los problemas. Rumi, bastante emocionada, se pone a un lado de los hermanos, mirándolos con una sonrisa para asentir.

La Residencia de los aspirantes a héroes ha empezado.

La Residencia de los aspirantes a héroes ha empezado

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