Capítulo 25.

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"¿Pero qué están haciendo? Deben ser más eficientes, están tratando mal al líder de la secta Jiang en su propio hogar" Dijo Wen Chao como burla, regañando a los soldados que lo acompañaban.

Soltando varias risas, los soldados Wen que estaban presentes en el salón principal de la secta Wen miraron a Jiang Cheng agachado en el centro de aquel gran salón, sentado frente a una pequeña mesa baja; pudiendo relajarse al ver que Wen Chao finalmente había cambiado su humor.

Hubo una gran conmoción después de la invasión de los cultivadores de la secta Wen en Yunmeng, no solo porque casi no pudieron pelear, también por que en su momento se tomó como un gran terrible fracaso. Cuando los Wen finalmente pudieron derribar la barrera protectora de la dicha secta Jiang, se sorprendieron cuando al entrar no encontraron a nadie importante, tan solo un par de soldados que se habían quedado para pelear. Pero el resto de la secta estaba desierta, ni siquiera había sirvientes presentes, a pesar de que Wang Jiao había asegurado que cuando estuvo ahí con Wen Zhuliu había una gran cantidad de personas.

La teoría fue que por algún motivo, los Jiang abandonaron la secta en masa, dirigiéndose a sus sectas vecinas o sin un lugar determinado, solo corriendo despavoridos de la invasión Wen, que se dio por los muelles y por la puerta principal.

Esto fue tomado como un gran fracaso por todos, pues no solo no pudieron pelear a pesar de tener una de las fuerzas mayores, también porque nadie de la secta principal de la secta Jiang fue dañado, ni los lideres ni los hijos de los lideres, o aunque fuera algún miembro del consejo; consiguiendo de esta forma que Wen Chao fracasara en cumplir las órdenes que tenia de su padre. Esto conllevo a la furia del líder del pelotón, Wen Chao, quien de forma descontrolada se encargó personalmente de destruir gran parte de Lotus Pier, invadiendo lugares sagrados como el templo de la familia de dicha secta o habitaciones privadas de los lideres, rompiendo todo a su paso.

Esta situación no parecía querer mejorar, pues mientras Wen Chao enloquecía, los miembros de su ejército se vieron en la obligación de enviar mensajes a su hermano y padre para informar del fracaso, teniendo como respuesta que Wen Xu llegaría prontamente a Yunmeng después de su victoria en Qinghe, para encargarse de todo el desastre que Wen Chao no pudo controlar.

Esto enfureció aún más a Wen Chao, el cual se sentía frustrado de no poder haber vencido a su hermano omega, el cual ante todo pronóstico había vencido a la secta Nie y cumplió a cabalidad con todas las órdenes del líder de la secta Wen Ruohan. Wen Chao estaba tan furioso que por poco y no comienza a ejecutar a sus generales de estrategia, a quienes culpaba por aquel desastre.

Hasta que un milagro ocurrió.

Cuando la noche ya había cubierto el cielo, dos cultivadores de la secta Wen irrumpieron en el salón principal de la destruida secta Wen, trayendo consigo a un débil joven de túnicas violetas y cabello negro.

Era el heredero de la secta Jiang, el joven omega Jiang Wanyin.

Los cultivadores de la secta Wen lo habían capturado en el lago que rodeaba la secta Jiang, cuando vieron un pequeño barco cercarse a Lotus Pier sigilosamente bordeando la orilla, tratando de no ser visto. Después de una corta batalla que los dos miembros de la secta Wen ganaron, Jiang Cheng fue llevado a la fuerza de vuelta a Lotus Pier, en medio de los pocos cadáveres de los guardias que se quedaron y la mayoría de los edificios en ruinas.

"Sírvanle el té de inmediato, debemos ser corteses con el líder de la secta, así como él lo fue contigo ¿No es así Jiao Jiao?" Preguntó Wen Chao, mirando a su omega detrás de él.

El hermoso joven omega quien estaba sentado en la silla del líder se encogió de hombros con indiferencia, mientras seguía mirando las joyas de Madam Yu y Jiang Yanli que pudo robar de los aposentos privados de ambas, probándolas en su propio cuerpo.

Mi joven amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora