Capítulo 5.

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"¿Un cementerio?" Preguntó Lan Sizhui en un susurro.

"Parece muy antiguo..." Comentó Lan Jingyi, caminando al lado de su primo de forma despreocupada.

Los aprendices de la secta Lan habían seguido las órdenes de Lan Wangji, dividiéndose en dos grupos fueron al norte y al sur, saliendo del territorio de Gusu el primer grupo, mientras que el segundo se dirigió al sur entrando en Qishang.

Ellos estaban suponiendo los probables caminos que Mo Xuanyu tomó al escapar de la villa Mo, usando los dos caminos menos usuales para viajeros, que serían los más recomendados para alguien que estaba escapando.

"¿Estás seguro de que la brújula nos trae a este sitio?" Preguntó Lan Jingyi, curioso mirando a su primo.

"No... pero los aldeanos nos dirigieron hasta aquí, así que probablemente estemos en la dirección correcta."

Las cosas habían estado extrañas en las laderas del territorio de la secta Lan y Qishang, cada vez se escuchaban más reportes de cadáveres resentidos y todo tipo de monstruos en los alrededores, como si algún tipo de energía resentida hubiera despertado de pronto. Así que en su arduo camino tratando de ubicar a Mo Xuanyu, los miembros de la secta Lan se toparon con algunos aldeanos que estaban viajando por las montañas, que les contaron sobre un extraño templo en la montaña que estaba cumpliendo milagros... A un costo muy grande.

Siguiendo las indicaciones que los aldeanos les habían dado, todos los jóvenes miembros de la secta Lan siguieron el camino entre la montaña, llegando finalmente al templo en medio de la montaña, dándose cuenta de que no estaban solos.

"Ah... Maldita sea" Se quejó Jingyi, mirando el interior de dicho templo.

Usando sus típicas ropas doradas, los aprendices jóvenes de la secta Jin ya se encontraban en dicho lugar, poniendo símbolos de atracción de espíritus en el suelo, al igual que varios símbolos de contención.

"¿Por qué demonios están aquí?" Preguntó Jingyi con molestia.

"Tampoco es un placer verte de nuevo, heredero de la secta Lan" Dijo Jin Rulan de pronto, notando la presencia de los aprendices de la secta Lan.

"Eso no responde mi pregunta..."

"Así como ustedes, nosotros también acudimos al llamado de auxilio de los aldeanos, no te creas tan importante Lan Yi" Dijo Jin Ling, mirándolo con enfado.

"¿Yo soy la persona que se cree importante aquí?" Ironizó Lan Jingyi, mirando con burla al menor: "Yo no estoy dibujando símbolos inútiles en el piso de un templo vacío..."

En medio de esa disputa de alfas, Lan Sizhui se apartó de ambos de forma disimulada. Sabía que era el líder de esa misión, sin embargo en presencia de ese alfa Jin, Sizhui prefería tomar su distancia, después de todo lo que había pasado... El joven omega Lan no sabía si quería estar cerca de él.

Pasando de largo a los cultivadores Jin, Lan Sizhui se acercó al fondo de la cueva que era aquel templo, encontrando a una bonita espada de piedra, con una pierna levantada y que parecía estar bailando.

Sizhui se sentía confundido en aquel sitio, ya que no podía sentir ningún tipo de energía resentida, y al usar su brújula que detectaba energía espiritual, esta no apuntaba a ningún sitio. Aun así el joven Lan no se rindió, y decidió buscar por todos los rincones, dejando que fueran los Jin quienes hicieran el trabajo pesado, que era usar los sellos espirituales para intentar despertar a cualquier energía resentida que estuviera dormida.

Y mientras miraba en las ofrendas de la estatua, Lan Sizhui casi suelta un grito, retrocediendo del golpe mientras miraba las tablas de madera que estaban apiladas a los pies de dicha imagen de piedra.

Mi joven amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora