Capítulo 40.

1.5K 201 112
                                    

Llegando a un paraje alejado, Lan Wangji escuchó gritos a lo lejos, y pudo ver por el mismo camino de tierra, como varios guardias de la secta Jin salían corriendo.

Poniéndose frente a uno de los guardias, Lan Wangji preguntó: "¿Que está sucediendo?"

"¡Hizo que todos los muertos se levantaran!" Dijo el alarmado soldado Jin: "¡Ahora todos ellos están viniendo por nosotros! ¡Están malditos!"

Sin necesidad de escuchar más, Lan Wangji supo de quien estaban hablando, así que dejó ir a ese aterrado soldado, y apresuró su paso en dirección al lugar donde se escuchaban los gritos. Pronto los sonidos de terror cesaron, y en medio de la lluvia, fueron suplantados por sonidos del galope de varios caballos.

Llegando a un lugar que parecía una construcción en proceso, Lan Wangji se paró en medio del camino, observando como varios caballos y personas a pie salían apresuradas de ese sitio, siendo guiados por Wei Wuxian, su joven omega que al verlo, se detuvo en seco.

Ambos sorprendidos, cruzaron miradas, sin saber que decir. Mientras que las asustadas personas de la secta Wen, tomaron su distancia, ya que sabían quien era ese alfa que estaba frente a ellos en el camino... Era el alfa de Wei Wuxian.

"Lan Zhan... Acaso tu... ¿Viniste a detenerme?" Preguntó Wei Wuxian, rompiendo el silencio.

"Wei Ying... ¿A dónde vas?" Preguntó Lan Wangji con dolor en su voz.

Todavía sintiéndose alterado por todo lo que había ocurrido, Wei Ying respondió de inmediato: "¡No lo sé! Pero el mundo no tiene límites... Habrá un lugar a donde todos nosotros podamos ir, sin que nadie pueda molestarnos".

"Piénsalo con cuidado, si tú te vas, te rebelaras con todas las sectas y abandonaras las enseñanzas ortodoxas... Tendrías que dejarme a mí... Sin vuelta atrás" Le recordó Lan Wangji, mirando fijamente a su omega.

Tal y como esperaba, escuchar esas palabras rompió el corazón de Wei Wuxian, quien dudo de su siguiente respuesta, ya que su corazón dolía de pensar que tendría que abandonar a su amado alfa. Pero pensar en hacer lo correcto era aún más fuerte que él... Más fuerte incluso que el amor que sentía por Lan Wangji.

"¿Abandonar la enseñanzas ortodoxas?" Preguntó Wei Wuxian con dolor y burla en su voz: "¿Cuáles son esas enseñanzas exactamente? Herir y ser déspotas con otros, ser tan malo o incluso peor que Wen Ruohan, ¿Esas son las enseñanzas a las cuales debería ser fiel?"

Bajando la mirada, Lan Wangji supo que su omega tenia razón, ya que él había comenzado a sentirse realmente inconforme con como las cosas sucedían desde que eran regidas por la secta Jin, pero no se había atrevido a decir nada al respecto, aun...

Notando la actitud dubitativa en el rostro de su alfa, Wei Wuxian continuo hablando: "Lan Zhan, ¿Aun recuerdas la promesa que hicimos juntos?"

"Si" Respondió Lan Wangji sin dudarlo.

"¿Qué fue lo que ambos prometimos?"

"Que sin importar las decisiones que tomemos, ambos confiemos en el juicio del otro, y apoyemos sus decisiones" Dijo Lan Wangji.

"Sé que tu no confías en mi ahora mismo, tú crees que estoy loco por hacer esto, ¿Pero quién es el fuerte y quien es el débil ahora? ¿Quién es la verdadera amenaza para la vida de los más débiles?" Preguntó Wei Wuxian: "Esas reglas que todos tanto defienden, solo han conseguido darle el poder a un cerdo como Jin Guangshan y mi estúpido cuñado Jin Zixuan, que son incluso peores que Wen Ruohan. Y ni tu familia ni la mía fueron capaces de oponerse a este horror, fueron tan cobardes como todos los demás..."

"¡Wei Wuxian!" Dijo Lan Wangji alarmado, escuchando como su omega insultaba a sus padres.

"No me interesa a quien tengo que darle la espalda, o con quien tengo que pelear, ya sea con tu hermano o con Madam Yu, si para eso tengo que defender a los débiles que sufren ahora, no dudes que voy a hacerlo... Y eso también te incluye a ti".

Mi joven amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora