Capítulo 44.

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Jadeando, vio la puerta frente a sus ojos, completamente cerrada. Y aun a pesar de estar cerrada, Wei Ying sabia quien estaba ahí adentro, podía oler el suave aroma de las rosas...

"¿No vas a hacerlo?"

Asustado, Wei Ying se giró en dirección a la obscuridad, pero solo vio una sombra negra, un recuerdo borroso.

"Te lo pregunto una vez más, ¿No vas a hacerlo?"

Wei Ying quiso negarse, quiso detener a esa sombra, pero la voz no salía de sus labios, como si estuviera mudo. Entonces la sombra lo tomó de un brazo, y con una fuerza abrumadora, apartó a Wei Ying del camino, para acercarse a la puerta.

Cuando la puerta se abrió, la luz entró desde el otro lado, y por un solo instante, Wei Ying pudo ver a Wen Xu. El joven omega se encontraba sentado en el piso, apoyado contra una de las paredes de su habitación, debajo de una ventana abierta. Cuando ambos se vieron, cruzaron miradas, hasta que la puerta se cerró completamente.

Y Wei Ying no se movió.

Pero el ruido y la calma no duraron demasiado, ya que pronto comenzaron a escucharse los gritos.

"¿Mingjue? ¿Qué haces aquí?"

"No, espera, por favor detente" Suplicó Wei Ying, sabiendo a la perfección lo que sucedería a continuación.

"Lo siento... ¡Por favor detente!" Escuchó como Wen Xu gritaba desesperado.

Entonces sintió como si todo su cuerpo despertara, y moviéndose con rapidez, Wei Ying corrió a la puerta, intentando abrirla.

"¡Para! ¡Abre la puerta!" Suplicó Wei Wuxian, golpeando la puerta cerrada con sus manos de forma desesperado: "¡Abre la puerta!"

Pero nadie parecía escucharlo, y la puerta no se movía, mientras los gritos de Wen Xu en el interior de la habitación se volvían ensordecedores.

Entonces Wei Ying escuchó un susurro detrás de él: "El tiempo no puede regresar... Wei Wuxian..."

Apoyando su frente en la puerta llorando desesperado, Wei Ying suplicó: "No lo hagas, por favor, déjame salvarlo..."

"El ultimo recuerdo que tuvo, además del rostro de su asesino, fue el tuyo..."

"Basta" Suplicó Wei Ying, cubriendo sus oídos con sus manos.

Sentía que estaba enloqueciendo, con los gritos tan fuertes que estaban taladrando su cabeza, hasta el punto de lastimarlo. Y junto esa voz tan suave, que podía escuchar en su cabeza a pesar de los gritos, Wei Ying creía que iba a enloquecer.

"Cumple tu promesa, Wei Wuxian..."

Los gritos se cortaron de golpe, y todo volvió a quedare en silencio. Así que muy temeroso, Wei Ying se destapó los oídos y se alejó un par de pasos de la puerta, esperando expectante.

Hasta que unos brazos lo alcanzaron desde la espalda, una persona había intentado abrazarlo o sujetarlo desde la parte de atrás de su cuerpo.

Y Wei Ying no tenía ni siquiera que girarse para ver de quien se trataba.

Sabía que era Wen Shima.

***

Abrió los ojos y se sentó en la cama de golpe, jadeando aterrorizado. Mirando a todos lados, solo pudo observar tenue obscuridad iluminada por la luz de la luna, en lo que era la pequeña cabaña que compartía con su familia.

A su lado tenia a Lan Wangji, quien lo abrazaba por la cintura estando profundamente dormido. Y a su otro lado estaba su bebé, su pequeño A-Yuan, dormido en su propia cama de forma tranquila. Al verlos a ambos, Wei Wuxian no pudo evitar sonreír, y siendo muy cuidadoso, apartó el brazo de Lan Wangji de su cuerpo, poniéndose de pie con cuidado.

Mi joven amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora