Su sangre goteaba sin cesar. Sintiendo las tibias gotas caer de sus labios al piso, manchando las maderas debajo de sus pies, Wei Ying volvió a sentir que desfallecería. No había comido nada desde el día anterior, pues se había saltado el banquete dado por el festejo. Y no solo eso, había tenido un celo muy duro y muy reciente, además de la pérdida de su virginidad de una forma tan violenta; teniendo que aguantar esas heridas junto a los fuertes azotes del látigo de disciplina en su espalda. Aun sentado en el piso, temblando por el esfuerzo, Wei Wuxian se obligaba a sí mismo a no desmayarse, aun teniendo a Lan Zhan a su lado.
El joven alfa, sin perder su determinación ni por un segundo, no había relajado si posición para nada. Arrodillado y con los brazos frente a su cuerpo, con la espalda recta y el rostro serio, sosteniendo a Bichen y con mucha elegancia; en la posición de penitencia de los Lan, seguía pidiendo de forma incansable que le permitieran casarse con Wei Ying, estando también muy atento a cualquier signo de ataque de quien sea, preparado para defender a Wei Wuxian de cualquiera que quisiera ponerle un dedo encima.
Dándose cuenta de que estaban en una situación imposible de solucionar, Madam Yu se quedó sentada en el asiento del líder completamente resignada. Habían intentado separar a Lan Wangji de Wei Wuxian un par de ocasiones, y sin importar que hicieran, el resultado siempre era el mismo; al darse cuenta de sus intenciones el joven Lan se ponía de pie de inmediato, y desenvainando a su conocida espada Bichen, luchaba y defendía a su omega, gruñendo y soltando sus feromonas. Siendo presionada por las sectas para hacer algo al respecto, y presionada por Lan Wangji para darle lo que quería, esa mujer alfa se sentía superada, y solamente pudiendo mirar intentaba pensar en una solución rápida para ese gran problema.
De una forma increíble, aun sin entender como lo habían logrado, ambos jóvenes se quedaron en sus posiciones por un par de horas, habiendo pasado el mediodía y con miembros de todas las sectas cansados de la situación y retirándose a sus aposentos, pocos miembros importantes quedaban en la sala, muchos de los cuales por curiosidad o por falsa moral intentaban asegurarse de que las tradiciones fueran seguidas y el compromiso entre ambos no fuera restaurado.
Debido al paso del tiempo, pronto aquellos líderes que fueron de cacería regresaron. Llegando a Yunmeng, Jiang Fengmian y Lan Xichen se enteraron de lo sucedido, y fueron los primeros en correr al salón principal de Yunmeng, encontrando aquel espectáculo.
"Wangji..." Se lamentó Xichen, observando a su hermano.
Sintiendo un profundo dolor al ver a su querido Wei Ying en ese estado, Jiang Fengmian se apresuró a dirigirse a su esposa, comenzando a hablar con su alfa en susurros, cada vez más alterado al ver lo que pasaba.
Aun siendo sujetado por sirvientes al igual que su hermana, Jiang Cheng se negaba a abandonar el salón, y al ver a su prometido entrando, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras Lan Huan iba en su rescate, apartándolo de aquellos sirvientes para abrazarlo.
"Fue tan horrible..." Susurró Jiang Cheng aferrándose a su alfa: "Por favor ayúdalos, por favor haz algo..."
"Tranquilo Yin Yin" Susurró Lan Huan apartándolo un poco de aquella multitud: "Por favor no llores, yo me encargare, quédate tranquilo". Aseguró el mayor.
Convocando una nueva reunión de líderes, ahora sin suplentes por ausencia, Jiang Fengmian condujo aquella reunión en medio de la sala y frente a los jóvenes, llamando consigo a los tres líderes que estaban presentes como invitados en su secta.
"Esto es imperdonable" Se negó Nie Mingjue con seriedad, con la usual rigidez de los miembros de su secta: "El omega fue deshonrado, merece el castigo y no una recompensa como un matrimonio arreglado con un miembro de una secta como Gusu Lan".
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Mi joven amante
Fanfiction~ Wei Ying, desde el primer momento que te vi supe que eramos destinados ~ Era tradición que al nacer un niño en un secta prominente, incluso antes de darle un nombre, se le daba un matrimonio arreglado. Y siguiendo esta tradición Wei Wuxian, un ome...