Capítulo 10.

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Tomando cuidadosamente la hoja de loto de las manos de Lan Wangji, Wei Wuxian soltó un par de risas divertido: "¡Lo estás haciendo mal!"

Sintiéndose algo frustrado por sus torpes movimientos al tomar las semillas de loto y al pelarlas, Hanguang-Jun no dijo nada en lo absoluto, solo pudiendo observar de reojo como Wei Ying tomaba las semillas y las pelaba con mucha facilidad.

"Debes hacerlo así, lento, de esta manera la semilla no se romperá o se maltratara cuando la tomes".

Mirando como Wei Ying había logrado tomar una semilla casi de forma perfecta, Lan Wangji solo pudo susurrar: "Mmm".

Volviendo a reír por la obvia frustración del menor, Wei Wuxian termino de pelar aquella semilla de loto, ofreciéndosela al menor: "Abre la boca"

Haciéndose para atrás intentando rechazar la semilla, Lan Zhan miro al mayor con cara algo seria: "¿Por qué quieres dármela de comer?"

"Son las reglas, yo pele la semilla, yo debo dártela".

"No creo que eso sea verdad".

"Te lo prometo, está en el reglamento de la secta Yunmeng Jiang, junto con no hacer enfadar a Madam Yu por tonterías y tener cuidado con la comida con ajo porque a Jiang Cheng no le gusta".

"Patético".

Riendo divertido, Wei Ying observó como su joven prometido desviaba la mirada algo sonrojado, intentando no hacer contacto visual con el otro: "Vamos Lan Zhan... Solo por esta vez".

Ya había pasado una semana desde que la comitiva de los Lan había llegado a Yunmeng, y mientras los demás discípulos se habían llevado muy bien con los jóvenes de Yunmeng, Wei Wuxian y Lan Wangji habían tenido un lento acercamiento, pasando casi todos los días juntos, aprendiendo lentamente a soportarse.

"¡Lan Zhan!"

Suspirando resignado, sabiendo que Wei Ying no dejaría de molestarlo por lo obstinado que era, Lan Zhan finalmente accedió a comer la semilla: "Esta bien".

Sonriendo satisfecho, Wei Ying acerco sus dedos a los labios de Lan Zhan, depositando en estos la pequeña semilla de loto, observando como el menor se había sonrojado un poco, aceptando la semilla para comerla en silencio. Prefiriendo no decir nada para no hacerlo sentir mal y que no aceptara comer de sus dedos de nuevo, tomo las ultimas semillas de esa hoja para comerlas por sí mismo, saboreándolas contento.

Se encontraban en uno de los tantos salones de Yunmeng, esos que se usaban para tomar el té, sentados muy cerca de la puerta abierta de esta, comiendo las semillas de aquellas hojas que habían recogido hace tan solo un par de días. Aquel día de primavera había sido especialmente caluroso, uno de esos días en los que Wei Ying amaría poder estar en el lago jugando. Pero sabiendo que era muy poco probable que su Hanguang-Jun aceptara entrar en el lago otra vez por un tiempo, prefirió quedarse con él en medio del calor, ya que había comenzado a disfrutar realmente de su compañía.

Tomando una nueva hoja de loto de la cesta, Wei Ying tomo la primera semilla, observando como al pelarla esta estaba casi blanca: "¡Bien! ¡Está bien madura!"

"¿Eso es bueno?" Pregunto Lan Wangji con curiosidad.

Wei Ying asintió, comenzando a pelar las semillas, dejándole ver a Lan Zhan que cuando le quito la cascara esta semilla era casi de color blanco, parecida al algodón: "Cuando las semillas son maduras son más dulces y más blancas ¿Ves?"

Curioso, Lan Zhan observo aquella semilla casi blanca entre los dedos de Wei Ying, el cual después de enseñársela a la menor, acerco está a sus labios, dándosela nuevamente de comer. Abriendo la boca obediente y aún muy avergonzado, Lan Zhan dejo que Wei Ying le diera la semilla, maravillándose del sabor en silencio, ya que realmente sabía mucho mejor que las otras que había comido.

Mi joven amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora