Capítulo 14.

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"Esto es una locura..." Se quejó Wei Ying en un susurro.

Avanzando a duras penas por aquel sendero destruido y lleno de rocas, en medio de una aplastante obscuridad en la que los miembros de la secta Wen ni siquiera les daban antorchas, Wei Ying debía sujetarse de los demás miembros de su secta y pegarse a las derruidas paredes de la caverna para seguir avanzando.

Viendo la arquitectura de aquel sitio tan peligroso, fue fácil dilucidar que en algún tiempo, posiblemente hace siglos, aquel lugar tuvo construcciones humanas, de las que todavía quedaban ruinas. Pero por alguna razón, así como todos notaban que aquel sendero que transitaba fue construido por seres humanos, también notaban que había sido destruido por otros humanos. Así que sin entender la razón por la cual aquel sitio había tenido una construcción en una caverna, y mucho menos porque alguien se había tomado la molestia de destruirlo o intentar destruirlo, Wei Wuxian siguió caminando.

Y aunque de cierta forma le preocupaba caer al vacío de aquel sendero, ya que la caverna parecía ser muy profunda y el camino estaba en muy mal estado, a Wei Ying también le preocupaba otra cosa. A cada paso que daba en dirección a la profundidad de aquella caverna, todos los presentes podían notar como la energía resentida se volvía más y más fuerte, algo que les hacía preguntarse ¿Qué descansa en el fondo de este sitio para emitir semejante energía?

De un instante al otro la procesión que seguía a Wen Chao se detuvo, y avanzando en medio de los presentes, Wei Ying y Jiang Cheng se acercaron al frente de las personas para ver que sucedía, mirando la horrible obscuridad que había al fono del final del camino cortado.

"Bien, es todo" Susurro Wei Ying aliviado, pensando que regresarían debido a que ya no podían continuar.

Sin embargo Wen Chao no se veía muy convencido o contento con esa idea, así que ignorando a todos los cultivadores expertos de su propia secta que lo acompañaban y las sugerencias de los demás, exigió: "¡Una soga!"

Mirándose entre ellos confusos, sin querer bajar a ese sitio, los cultivadores invitados se hicieron a un lado cuando los miembros de la secta Wen pasaban entre ellos para traer cuerdas y más antorchas. Atando el extremo de una cuerda a una estaca, la dejaron caer libremente al vacío, notando como esta tocaba fondo mucho más pronto de lo esperado, indicando que habían llegado cerca del fondo de la caverna.

"Bien, entonces deberíamos dejar que alguien baje primero, como una prueba" Sugirió uno de los cultivadores de la secta Wen.

"Una prueba..." Susurro Wen Chao interesado, girándose a ver a los cultivadores invitados, pues o invitaría a nadie de su propia secta primero.

Wang Jiao, quien había sido apartado del borde protegido por Wen Zhuliu, salió de las sombras con una sonrisa buscando a Wen Chao para pedirle: "Mi señor, mi señor... Yo tengo una sugerencia" Caminando con una sonrisa hasta tomar al segundo hijo Wen de brazo, Wang Jiao miro en dirección a la secta Yunmeng Jiang y señaló a Jiang Cheng directamente: "Él sería una buena elección, mi señor".

Alarmándose por esas palabras, Wei Wuxian rápidamente se puso frente a su hermano menor para defenderlo, mientras su secta también los rodeaba. Mientras que por un segundo Wen Chao puso un rostro de real disgusto, sin notarse feliz por aquella petición: "¿Él realmente Jiao Jiao? ¿Por qué seria él?"

"¿Qué sucede? ¿Por qué no sería él?" Reclamo Wang Jiao, girándose de golpe disgustado para encarar a su señor: "¿No dijiste acaso que todos eran ratas inservibles?"

Notando que su omega estaba disgustado, Wen Chao tomo una actitud más pasiva, susurrando: "Si, lo hice pero..."

Bufando molesto y soltándose de mala gana de Wen Chao, Wang Jiao comenzó a replicar: "¿Entonces por qué tienes preferencias por él? Una rata es una rata, lánzala al abismo ¿O acaso no quieres hacerlo por alguna razón? ¿Qué clase de trato tienes con esa rata sucia?"

Mi joven amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora