Capítulo 19.

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¿Cuál era el deber de un alfa?

Esas eran preguntas que Lan Xichen se había hecho muchas veces a lo largo de los años, y aunque la gente siempre esperaba demasiadas cosas del próximo líder de Gusu, el joven Lan nunca creía cumplir las expectativas de todos los que lo rodeaban.

Su familia, sus amigos, incluso los consejeros de su secta... Lan Xichen estaba seguro de que les había fallado a ellos aunque fuera una sola vez en su vida. Y aunque había logrado aprender a vivir con el dolor de tener demasiadas expectativas sobre sus hombros que no podía llegar a cumplir, Lan Xichen se enorgullecía de no haber decepcionado a una persona especial en su vida, hasta ahora...

Respirando profundamente, Lan Xichen se acercó a la puerta corrediza de esa habitación, y sonriendo de la forma más amable que pudo, ligeramente temeroso, toco la madera de la puerta esperando que su prometido pudiera abrirle.

"¿Quién es? ¡Dije que no quería ser molestado!" Rugió Jiang Cheng desde el interior: "Wei Wuxian, si eres tú voy a matarte..."

Sonriendo un poco más al escuchar sus enfadadas palabras, sin ver la puerta abrirse, Lan Xichen respondió: "YinYin, soy yo".

Un silencio se hizo por unos segundos en el interior de la habitación, hasta que Jiang Cheng se acercó a la puerta y sin abrir respondió: "Lan Huan, ya te había dicho que no me llames así ¿Qué quieres?"

"YinYin, por favor..."

"¿No estabas ocupado? Parecías muy divertido ahí afuera ¿Por qué estás aquí ahora?" Reclamo Jiang Cheng, negándose a abrir la puerta de su habitación: "No quiero importunar tu reunión con tu querido amigo de Laling".

Entendiendo la molestia en las palabras de Jiang Cheng, Lan Xichen decidió ir con calma, lo que menos quería era enfadarlo más, así que retrocediendo un poco de la puerta, intento explicarse: "YinYin no te enfades por favor, solo fue una confusión ¿Por qué querría estar con alguien más que no fuera mi hermoso YinYin?"

En privado, cuando ambos no debían comportarse como los herederos de Yunmeng y Gusu, tanto Jiang Cheng como Lan Xichen eran más cariñosos el uno con el otro. Se llamaban por nombres de cariño, y llegaban a tomarse de las manos e incluso a darse abrazos, algo que para ambos era un comportamiento incluso algo desvergonzado.

"Lan Huan, lárgate" Dijo Jiang Cheng furioso, a punto de volver a llorar por la ira que había sentido hace pocos segundos.

"YinYin, ábreme".

"¡No! ¡Vete al demonio!"

"Eso sería una pena, porque compre un dulce con la forma de un lindo cachorro para mi YinYin ¿No quieres verlo?"

Apoyándose contra la puerta de su habitación, Jiang Cheng se mordió un labio dudando, sintiendo a su alfa aun fuera de la habitación. Después de un par de minutos dudando, se limpió las lágrimas de las mejillas para abrir la puerta, mirando a Lan Xichen con el ceño fruncido.

"YinYin ¿Puedo pasar?" Pregunto Lan Xichen de la misma forma amable de siempre.

Entrando en su habitación fingiendo demencia, Jiang Cheng se encogió de hombros, intentando lucir desinteresado: "Has lo que quieras".

Aun furioso, el joven Wanyin camino a su cama, donde se sentó con los brazos cruzados y un rostro de obvia molestia. Por su lado, Lan Xichen sonrió amablemente, entrando detrás de su prometido y cerrando la puerta detrás de él. Con curiosidad, recorrió la habitación del menor con sus ojos, antes de caminar a la cama también, sentándose junto a él.

"Mira YinYin, te traje un dulce" Dijo Lan Xichen, ofreciéndole al molesto joven un dulce de azúcar con la forma de un perro.

De reojo, mirando aquel dulce de azúcar muy propio de Yunmeng, Jiang Cheng refunfuño antes de aceptar el dulce y prácticamente arrebatárselo de las manos a Lan Xichen, el cual no dejo de sonreírle.

Mi joven amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora