Capítulo 36.

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El rumor de que el joven omega Wei y Hanguang-Jun habían pasado la noche juntos corrió como la pólvora. Después de ver como aquel omega era arrastrado como un perro fuera de las habitaciones de Lan Wangji, cientos de rumores comenzaron a correr por todo Yunmeng, hablando de como aquel omega indecente el cual había terminado su propio compromiso insultando a los Lan, había corrido a buscar al joven alfa Lan Wangji y lo había seducido con sus encantos para tener sexo con él. En pocos minutos la historia se deformó pasando de boca en boca, llegando a tal punto que los aldeanos de Yunmeng aseguraban que por testimonio de un amigo inexistente que trabajaba para los Jiang, se contaba que Wei Ying había tenido relaciones sexuales con el joven maestro Lan desde que se conocieron en ese compromiso que fue roto hace tantos años, donde Hanguang-Jun tenía 12 años; y que esa fue la razón por la que el compromiso fue roto hace tanto tiempo, por la perversión de aquel omega Jiang.

Y desde ese entonces, aun sin ser cierto, en todas las sectas y todos los cultivadores supieron la historia, que comenzó a contarse como un hecho en vez de una realidad.

Estos rumores que llegaron incluso dentro de Lotus Pier alarmaron a los invitados de la secta, los cuales habían asistido a esta por el compromiso de los Jiang con los Lan. Y aquello que debería haber sido resuelto únicamente por miembros de los propia secta Jiang fue presenciado por todos los invitados importantes que habían asistido a la fiesta de compromiso, miembros de la secta Jin tales como Madam Jin y Jin Guangyao, o los consejeros alfa de la secta Nie. Algo que puso mucha más presión sobre la líder momentánea de la secta Yunmeng Jiang, Madam Yu, la cual ante la mirada atenta de todas esas personas poderosas opinando, debía tomar una decisión sobre aquel omega que llegaba a considerar como un hijo.

Mientras que los Lan, otros invitados de la secta, no hicieron acto de presencia en el salón principal de Yunmeng aun cuando sabían lo que ahí estaba pasando. El consejo de la secta Gusu Lan, sin la presencia de su líder Lan Xichen o miembros importantes de su propio consejo, tenían que encargarse de sus propios asuntos y de su propio castigo, deliberando a solas sobre Lan Wangji, el cual estaba cada vez más fuera de control al estar apartado de su omega.

Era todavía temprano en la mañana, y aquella gran comitiva que había salido de Yunmeng para buscar los fantasmas de aire no había regresado aun, dejando a los líderes de las importantes sectas fuera de aquella deliberación. Y aunque se habían enviado señales para explicar la necesidad de su regreso, ninguno la había visto pues se habían internado demasiado profundo en aquel bosque fuera del risco que rodeaba Yunmeng Jiang.

Así que tomando el lugar de su esposo, Yu Ziyuan miró a Wei Wuxian en el piso frente a ella, con sus dos aterrados hijos a un lado, y el resto de las sectas importantes al otro, cada uno pidiendo una cosa diferente.

"Madre por favor" Pidió Jiang Cheng desesperado: "Por favor no le hagas nada..."

"Madre..." Suplicó Jiang Yanli, poniéndose de lado de su hermano.

"Es indignante" Dijo Madam Jin, hablando con aquel que había aceptado en su secta como hijo: "Que se admita este tipo de comportamiento en la secta Jiang, omegas indecentes, es una vergüenza".

Asintiendo ante las palabras de Madam Jin, Meng Yao respondió: "Es verdad, ese omega siempre causa desgracias, no debería ser considerado parte de una secta importante, se necesita un castigo ejemplar u otros omegas de su clase pensarán que pueden romper la tradición y hacer lo mismo".

Bajando la cabeza cada vez más avergonzado al escuchar todas esas habladurías, palabras que en su mayoría eran en su contra y pedían un castigo, Wei Wuxian solo pudo quedarse callado, llorando y sin poder pronunciar palabra.

"¿Qué debería hacer contigo?" Preguntó Madam Yu, sentada en la silla del líder: "Es evidente lo que has hecho, puedo oler las feromonas de Lan Wangji en tu cuerpo y puedo ver las marcas que ha dejado sobre tu piel ¿Qué debo hacer ahora Wei Wuxian?"

Mi joven amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora