Capítulo 33.

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"Solo un poco más... Solo un poco..." Se dijo Wen Ning a sí mismo, mientras sostenía el remo de ese bote con firmeza.

En medio de la obscuridad, cubierto con una capa, Wen Ning se encontraba navegando por la orilla en dirección a Sin Noche, intentando hacerlo rápido pero con cuidado, ya que se había vestido bien y peinado su cabello con cuidado, sin querer desarreglarse en su viaje por el lago. Después de todo, tenía que ver a Wen Xu.

En medio de la cena, cuando nadie lo estaba mirando, Wen Ning recibió una mariposa mensajera de Wen Xu. Sonando muy serio, el omega Wen le suplicaba a Wen Ning ir a verlo, encontrándose después de la media noche en los puertos fuera de Qishang, ya que tenía algo muy importante que entregarle, pidiéndole que fuera un secreto de cualquiera en su secta, incluso de la propia Wen Qing. Ya que citando las propias palabras de Wen Xu: "...Wen Ning es la única persona en la que puedo confiar ahora".

Así que siguiendo las peticiones del omega, sin dudar o hacer preguntas al respecto, Wen Ning se preparó de forma cuidadosa, y subiéndose en un pequeño bote de su propia secta, se dispuso a seguir el largo viaje desde Yiling a Qishang, remando por un par de horas, solo queriendo ver a Wen Xu. Y después de varias horas en el mar, saliendo de entre los árboles, Wen Ning sonrió al ver los puertos de Sin Noche, donde a lo lejos pudo identificar una pequeña y delgada figura en los puertos.

Desembarcando y acercándose a la pequeña figura en medio de la noche, Wen Ning dijo: "A-Xu, ya estoy aquí..."

El joven omega, el cual también se había protegido de la noche con una capa, se giró al escuchar la voz de Wen Ning, avanzando en su dirección hacia el menor: "Oh... A-Ning, que bueno que estas aquí..."

Wen Ning quiso responder a esas palabras, que sonaban tan tristes de los labios del omega. Sin embargo no pudo evitar bajar su mirada a los brazos del menor, el cual debajo de su capa, cargaba un pequeño bulto envuelto en toallas blancas, las cuales desprendían fuertes feromonas. Wen Ning ni siquiera tenía que preguntar que era ese pequeño bulto, ya que había visto muchos nacimientos de omegas y había leído mucho al respecto. Lo que Wen Xu sostenía era un pequeño bebé omega.

"¿Qué fue lo que pasó, A-Xu?" Preguntó Wen Ning, comenzando a preocuparse por ver al omega tan asustado.

Ya sin poder contener el llanto, Wen Xu se acercó a Wen Ning y se apoyó en el temblando, buscando un abrazo reconfortante del joven alfa. Sonrojándose mucho al sentir a Wen Xu tan cerca de sí mismo, por primera vez en toda su vida, Wen Ning no supo bien cómo reaccionar, tardando un poco en rodear el delgado cuerpo de Wen Xu entre sus brazos, sintiendo su dulce aroma y su tibio cuerpo contra sí mismo.

"Fue tan horrible..." Dijo Wen Xu sin poder controlarse más: "No puedo reconocerlo... Cuando lo veo a los ojos, ya no puedo encontrar a esa persona, Wen Ruohan ya no es mi padre".

"¿Te hizo daño?"

"¿Qué importa si me hace daño a mí? Eso ya no importa, aun si él no me lastima, todas las personas a mi alrededor están sufriendo. Todos los soldados, todos los sirvientes, incluso su próximo prometido Lan Qiren, todos están sufriendo. Yo solo quisiera... Yo solo quisiera... No ganar la guerra, que alguien viniera a Sin Noche, y acabaran con él, porque ese hombre ya no es mi padre, es un monstruo".

Sintiendo toda la angustia y tristeza de Wen Xu, preguntándose qué había sucedido pero sin querer profundizar en el asunto para que el omega no siguiera llorando, Wen Ning dijo: "Entonces vámonos, ven conmigo a Yiling, mi hermana y yo te esconderemos ahí, y podrás estar lejos de tu padre si es tan peligroso..."

Separándose de Wen Ning, levantando la mirada y observándolo a los ojos, le dijo: "No, no puedo irme solo".

"¿A qué te refieres con eso?"

Mi joven amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora