CAP 11. MUERTE

2.5K 218 23
                                    


Nota cultural súper rápida al inicio.

El término Perra es usado desde la antigüedad para referirse a las mujeres, especialmente (específicamente, si no mal recuerdo) a aquellas que, a mi ver, toman posesión de ellas mismas (es decir, elijen por sí mismas).




Realmente no sabía qué es lo que había pasado. Primero estaba entre los brazos de Ivar, quién solamente la sostenía de la cintura buscando su mirada aquél último día completo que venía a su memoria; luego se encontraba yendo de su mano, por las calles rumbo a no sabe dónde, salían de sus habitaciones y caminaban a las espaldas de su hogar, ese momento se repetía varias veces, siempre junto a Ivar, siempre fuertemente sujeta de su mano; la siguiente escena que recuerda es a ella misma bañada en sangre, pero ¿por qué?, ¿de quién?, ¿quién lo había hecho?, no contaba con esas respuestas, sólo podía sentir sobre ella el calor que la sangre recién derramada emitía a su cuerpo y bruma a su alrededor, sonidos y voces, mas sus oídos los filtraban cómo si dentro del agua se encontrase; lo siguiente y último que sabía es que se encontraba nuevamente en la recámara de Ivar, devuelta a la caliente tina con el agua entintada de rojo mientras él se encargaba de enjuagar su cabello.

     Lentamente, suavemente, sus manos recorrían de su coronilla a las puntas de sus cabellos en movimientos algo bruscos que buscaban ser suaves para ella, que querían reconfortarla, ¿por qué? Una sonrisa le hacía compañía, una leve y ¿agradecida?, ¿melancólica?, parecía feliz cuando la miraba y volvía a acariciar sus cabellos dejando caer agua sobre ella. Pero ¿por qué sentía que había algo más ahí? Volvía a preguntarse.

     Un mareo que parecía permanente seguía subiendo a su garganta y la bruma en sus recuerdos le impedían obtener la información faltante para descubrir el porqué de estar de vuelta dentro de esa tina teñida de rojo, el porqué de la mirada de Ivar y de sus caricias, el porqué de no recordar más que simples pinturas sin seguimiento en sus memorias.


*****


Todo lo que ella había olvidado Ivar lo recordaba, él la había acompañado en cada momento de esos días, buscando su propia fuerza para lo que iba a pasar.

     Desde le primer momento en que dejó a esos inmundos violadores encerrados y confirmándolo cuando su madre mostró una actitud burlesca hacia la situación de su cachorra. Aún sin querer admitir el dolor que eso le causaría, se decidió a llevarlo a cabo, pues de no hacerlo los intentos se volverían más violentos, así que él había tomado una decisión, y corroborando que a sus hermanos no les importaba el resultado de la misma se dispuso a llevarla a cabo.

     Esas noches durmieron juntos como tantas antes, Ivar no volvió a intentar hacerla hablar, simplemente la atrajo hacia sí y abrazándola, ambos se quedaron dormidos, mas al día siguiente sólo espero a que abriera los ojos para hacerla vestir y llevársela de la mano hasta el lugar donde tenía encerrados a sus violadores.


*****Flashback*****

     —Vamos, entra —dijo Ivar luego de detenerse frente a un granero. Sus hermanos se hallaban a sus puertas, junto a una mujer hermosa y de peligrosa mirada a quién recordaba levemente del momento en que parió. 

LA MONJADonde viven las historias. Descúbrelo ahora