No la dejó ir en ningún momento, tampoco de sujetarla, no la obligaba con fuerza a permanecer en aquel sitio, pero el simple hecho de saberse sujeta implicaba el saber que él evitaría que saliera del lugar. Así que no dijo nada, aguanto el llanto lo más que pudo sin parpadear hasta que la salinidad la obligó a hacerlo y sus lágrimas se desbordaron por su rostro en un silencio tal que sólo era roto ocasionalmente por la música que llegaba lejana del festejo exterior y su propio hipeo, el que ya no pudo retener.
El no se movió y ella tampoco lo hizo hasta que un chillido, mucho más agudo y más alto sonó dentro de la habitación, dejando a la Cachorra aguantando el aire que estaba por expulsar.
Ivar se movió de su lugar lentamente, no sin antes decirle al oído que <<no se atreviera a moverse de ahí>>, así que permaneció inmóvil cuando el se alejo y llegó al lado de la cuna, se sentó justo sobre un pequeño banco que había a su lado y se acomodó hasta tener una posición cómoda para levantar al bebé en brazos.
Verlo cargar a ese ser con aparente facilidad y luego de mecerlo un poco en brazos escuchar como su llanto desaparecía fue suficiente para ella. Solo entonces decidió que tenía más miedo de él que del hombre que lo acurrucaba en su pecho, así que sin pensarlo más dio un paso hacia atrás.
—Idun, ven aquí —La voz de su "captor" la detuvo en su escape, no parecía haberse dado cuenta de él, así que luego de un instante de duda se dio media vuelta—. ¡Idun! —Levantó la voz al voltear en busca de su mirada y verla girar, dispuesta a salir.
Abrió rápidamente la puerta y si bien su (nuevo) nombre saliendo con advertencia de la voz masculina la invitaban a detenerse, ella siguió con su huida— ¡Idun! —Volvió a escuchar cuando ya se encontraba fuera y, deteniendose un momento tras la puerta que se cerró a su espalda, inhaló profundamente para obtener fuerzas y volver a salir corriendo en dirección a la habitación compartida.
*****
La vio salir corriendo y sabiéndose con la imposibilidad de levantarse con el niño en brazos, lo único que le quedó fue gritar su nombre, hacerlo con fuerza, incluso una aparente amenaza que en realidad no sentía. No entendía el temor que le ocasionaba ese ser a su Cachorra, pero estaba seguro de NECESITAR que lo perdiera, y no sólo por la liberación que habría en ella misma, sino porque deseaba que fuera ella quien criara a su (ahora) hijo; después de todo había salido de ella, y él estaba seguro de querer no sólo al crío en su vida, sino también a la madre, ambos, juntos, a su lado.
Meció unas veces más al pequeño, ahora somnoliento en sus brazos, y al conseguirlo dormir se sostuvo en su muleta para levantarse, mas permaneció unos instantes más observando al bebé de vuelta en su cama dormir.
Era demasiado pequeño como para mantenerse despierto la mayoría del tiempo, pero había logrado ver lo azules que eran sus ojos, ambos; más contaba con el tiempo suficiente como para notar los pequeños cabellos que iban creciendo en su cabeza, igual de bicolores como los de quién lo engendró, pero en una clara menor proporción.
*****
Por su parte, la fémina había llegado a la habitación en la que dormía junto a Ivar, pero en lugar de lanzarse a la cama a despejar su llanto, tomó de ella un conjunto de pieles y corrió hacia la esquina en la que, cada que era llevado el niño, ella permanecía con la cara hacia la pared, sólo que en ésta ocasión, en lugar de permanecer de pie se hizo un ovillo, tapándose con las pieles que había tomado y cruzando los brazos sobre su cabeza.
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LA MONJA
FanfictionCómo Vikingos han ido saqueando las ciudades cercanas, pero hay algo extraño en este lugar, aún más extraña esa mujer, esa monja. Ivar, al igual que su padre, cayó por un Cristiano, Cristiana en su caso y aún sin saber comunicarse tiene en claro una...