Entonces, la noche oscura y penetrante, sabedora de los secretos y pecados del mundo se transformó en día, un día radiante y luminoso con la estrella que es el sol.
Entonces, la mañana del martes solo fue una pequeña premonición de lo se avecinaba. Incluso ahora, después de un tiempo, seguió cuestionándose sobre si aquello era justo, si era normal, si era digna de eso.
El día de ayer solo había pensado sobre lo hermoso que fue todo en aquel fin de semana tan inesperado. Erik, su Erik, frente a ella, declarándole su amor y haciéndola sentir en las nubes. La mirada de su amante solo la hizo trasladarse a un universo alterno en donde nada ni nadie podía detenerlos. Creía en él, en sus sentimientos y corazón. No podía negarlo, cayó en sus redes y se había aferrado a estas con profunda decisión.
Lina, mirándose al espejo, se sonreía ilusionada, nerviosa, pero feliz. Quería bailar, danzar con la plenitud con la que vuela un ave, quería usar toda aquella energía enriquecedora en los pasos que definirían gran parte de su destino.
Si tan solo supiera que, aquellos pasos solo fueron la nada ante los que los siguieron después, tan potentes y aparentemente inofensivos, pero detonadores de un porvenir desalentador. Sin embargo, ¿cuánto duraría aquella desesperanza?
Rememoraba las noticias de la futura audición, de que sería el próximo lunes y cómo se había concidicionado a quedarse en la ópera ese fin de semana para poder prepararse y llegar a su sueño, cumplirlo, justo después de haberse acercado tanto a Erik, al amor de su vida y al que la marcaría para siempre. Lamentaba tener que dejarlo solo cuando todo había dado un giro de ciento ochenta grados, pero sabía que, podría verlo en unos días y estarían más cerca que nunca. Su mirada y visión de las cosas había cambiado, se transformó en algo nuevo y hermoso, se sentía dichosa.
Se arregló su respectiva ropa de baile y tomó lo necesario para salir de la habitación para encaminarse a la primera clase del día. Quizá podría decirle a su madre que le avisara a Erik, con el fin de verse durante la semana, aunque sería igual de difícil si ella lo hiciera. Sin embargo, no se rindió, no descartó la idea y llenó su cabeza con algunas posibilidades, ilusionada y nerviosa por experimentar su primer amor. Cómo era sentir esa emoción, ese cosquilleo repleto de ansiedad.
Estaba tranquila, en paz, contenta y regocijada. Nada podría arruinarlo, nada.
De pronto, los pasillos le parecieron más largos, una especie de letargo la iba llenando, aunque no disminuía la velocidad ni se había equivocado de ruta. Era una anticipación, una señal, una especie de insípida predicción. Qué irónico era todo. Justo cuando creías que todo estaba de lo mejor, algo viene y desarma todo lo que habías contruído. Pero no, en este momento no era así, solo se basaba en una amenaza.
Amenaza.
Puede llamarse destino, coincidencia, incidente...Puede decirse de cualquier manera, pero no quita el hecho de que sea nefasto e hiriente, que se clave en tu pecho como un puñal y se enganche a él con firmeza, de tal forma que, nada ni nadie puede extraerlo.
Lina
No daba más de la alegría. Podía notarse cómo me llenaba de ella con solo mirarme y divisar la sonrisa que no desaparecía de mi rostro. Estos días me parecieron maravillosos, no podía ser mejor.
Claro, no contaba de que, se fuese desmoronando esta brillantez, esta luz.
Sigo sin poder creer las palabras que Erik me profesó y todo lo que me hicieron sentir. Él me ama, sé que lo hace, aunque no lo haya dicho como tal. Él también sabe que lo amo, pero ambos seguimos esperando el momento indicado para decirlo.
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Los Límites de Nuestro Amor Eterno (Un fanfic de "El Fantasma de la Ópera)
Fanfic(Les prometo que es una historia hermosa♡) Las huellas de la vida van quedando tras las personas con cada paso que dan. Los sueños, la dulzura y el amor rodean y crean todo un espacio en donde el tiempo parece detenerse. Lina, una chica huérfana y a...