Lina
- Lina, Lina...- sentí que alguien daba pequeños golpes en una de mis mejillas.- Abre tus ojos, tienes que mirarme...- traté de separar mis párpados, pero me costaba bastante.
- Hija, por favor, míranos...- suplicaba mamá. El carruaje se movía lo más veloz que podía, considerando que cada caballo andaba a su ritmo.
- Mi Lina...- la voz de Erik llegaba a mí en forma de una oleada que aumentaba los latidos de mi corazón. Mi mano aún se ceñía a su antebrazo, mas se iba soltando de a poco. Luché contra el sopor que estaba comenzando a sentir para poder admirarlo nuevamente.
Apenas mis ojos lo detectaron, me sonreí, aunque no sabía si aquello resultó en una verdadera sonrisa para mis acompañantes.
- Eso, así...- hablaba con suavidad, con cariño, mas trataba de ocultar su pena, su dolor. Sentía que se estaba rompiendo y yo, también.- Tienes que mantenerlos así hasta que lleguemos a ver al médico...
Tragué saliva, pero se sentía demasiado extraño el líquido que llenaba mi boca. Inspiré hondo, quejándome de la puntada tan intensa y desgarradora que sentía en mi vientre.
- Me duele mucho...- le dije, intentando de que entendiese lo arduo que era para mí el resistir. Mi mente me hablaba, me conversaba para disuadirme y hacer que me entregara a aquel letargo. Tosí y me quejé con más fuerza.
Lo apreté con toda la potencia que requería esta instancia.
Una de sus manos, la que se encontraba libre, pasó sobre mi frente, despejándola. Al ponerla cerca, el calor que emanaba me iba relajando. Se acomodó de mejor manera y me tomó con propiedad. Me apoyé con comodidad.
- Ya vamos a llegar, lo haremos pronto...- besó mi frente, mientras las lágrimas caían por su rostro. Hubiese deseado verlo sin su máscara, pero era imposible pedirle algo así cuando estábamos acompañados por alguien a quien apenas estaba conociendo. No quería incomodarlo.
- Perdóname...- susurré, perdiendo el aliento con el paso del tiempo. Me quedó mirando y negó de inmediato.
- No me digas eso, no has hecho nada malo, Lina.- sus ojos se conectaron con los míos. La humedad que empapaba mis mejillas era innegable. Las gotas se desprendían de mis ojos con soltura, sin importarle nada.
- No quiero abandonarte...- le comenté, rompiéndome por dentro. Mis labios tiritaban.- Lo siento tanto...
Porque para mí estaba todo perdido, porque sentía que me estaba desprendiendo de este plano. Era una intuición, pero con demasiadas pruebas a mi favor.
- No, no me vas a dejar. Estaremos juntos, Lina. Como lo habíamos imaginado, ¿recuerdas?- se estaba conteniendo, a pesar de que el dolor que percibiese solo acrecentase su sufrimiento.
Guardé silencio, rememorando tantos momentos que vivimos entre los dos.
Me arrepentía de no haberlo abrazado más veces o haberle dado más de aquellos besos que tantas sonrisas le sacaban... Podría haberle dicho que lo amaba antes, con más rapidez con la que ocurrió, para habérselo comentado en más instancias, en más noches en las cuales dormíamos abrazados.
- Apriétame con más fuerza, por favor.- me dije, esperando que sus brazos me aferraran aún más a su persona. Acató al instante mi petición.
Esto definitivamente había sido amor verdadero, porque cada vez que cerraba mis ojos lo veía a él.
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Los Límites de Nuestro Amor Eterno (Un fanfic de "El Fantasma de la Ópera)
Fanfic(Les prometo que es una historia hermosa♡) Las huellas de la vida van quedando tras las personas con cada paso que dan. Los sueños, la dulzura y el amor rodean y crean todo un espacio en donde el tiempo parece detenerse. Lina, una chica huérfana y a...