41- humillación

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Este mes ha sido horrible, no pude actualizar por la salud de mi bebé y por muchísimas cosas que me han pasado. Pero se me ocurrió escribir en vivo este capítulo en mi grupo de whatsapp y sham, listo, tenemos este capítulo. Gracias por la espera.

Aquí vamos...


.....




Con el dolor que ahora se hace presente y cierta incomodidad, pestañeo varias veces. No puedo creerlo. Es que... no, esto no puede estar sucediendo, James está aquí y con esa... mujer.

La vida conspira en mi contra y el destino es una reverenda mierda por ponerme en esta situación.

James sonríe ignorando mi presencia, haciendo honor a lo que me dijo, de que yo no existo en su vida, de que no me conoce.

Ja, ¿Cómo no vas a conocer a la mujer que te hizo enamorar? ¿Cómo puedes fingir que no sientes nada cuando me decías lo contrario, James?

Sé que fallé, lo sé. Yo sé que te hice sufrir y aún lo hago. Pero por favor, no sigas torturándome, no con ella. Me duele verte, me duele saber que ella ahora tiene tu atención como si nada, sin hacer absolutamente algo para merecerla.

Sé que me odias, James. Sé que no tengo chance de nada, pero ya he visto innumerables libros y películas en donde el protagonista siempre es quien lucha por la chica, aunque ella haya fallado. ¿Por que no me gano tu perdón luchando por ti? ¿Por qué soy tan cobarde?

No, debo cambiar eso, debo luchar por ti aunque me termines rechazando, porque vamos, eres tan orgulloso que no vas a perdonarme siquiera. Pero tengo que conformarme con el hecho de que luché, de que perdí como una guerrera.

Es lo ideal, ¿no?


El chico a mi lado insiste en hablar pero ignoro todo por estar pensando más allá de la realidad que se asoma en mis narices. James es ahora mi objetivo, pero se que no puedo ir a donde él y secuestrarlo para que escuche todo lo que debo decir. Por más que quisiera, no es lo ideal. Ahora él necesita estar con sus amigos y divertirse. Solo pido que no se exceda y caiga en los brazos de esa bruja.

—¡Hola! —dice Jonás, le dire así como diminutivo. Este chasquea sus dedos en mi rostro y dirijo una mirada neutra a su persona. Me sonríe y le imito—. Perdón, es que te estoy hablando desde hace rato pero no pareces estar en la tierra.


—Perdón, estaba pensando en cómo secuestrar a una persona y no morir en el intento —una sonrisa se asoma en mis labios y este se ríe pensando en que estoy bromeando. Bueno, si estoy bromeando, pero si quiere no es broma.

—¿A quién hay que secuestrar? Puedo ayudar —murmura con una mirada divertida. Me rio por su pregunta y creo que mi risa se escucha en cuanto la música acaba. Siento la mirada pesada de alguien sobre mi, y sé de donde viene, pero cuando volteo a su dirección, este acaricia el rostro de Brenda y los celos se encargan de hacerme sentir más miserable e impotente.


Respira profundo Erika, no deje que los celos te dominen. Tú eres más que eso.

—Zorra —espeto.


—¿Perdón? —pregunta una chica a mi lado que iba pasando. Me mira de arriba abajo y mis mejillas deben estar teñidas por la vergüenza.



—Oh no, no era a ti, tranquila —me disculpo sin pedir disculpas directamente. Ella frunce el ceño y asiente yéndose sin más. Sonrío avergonzada.


—¿A quién le dijiste zorra? —preguntó Jonas, es muy curioso.

—A nadie —le resto importancia para no perder el tiempo explicando algo sin sentido.


Conquista a mi novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora