Conquista a mi novio

48- ¿La amas?

〰️Eva〰️

La cuchilla descansa sobre el lavabo, y la bañera va tornándose roja.

He sido una cobarde más. Lo he perdido todo, hasta el deseo de vivir. Me sumerjo por completo y me mantengo firme por debajo del agua. Abro los ojos y me relajo, conteniendo la respiración. Los recuerdos pasan como flashes y mi corazón se comprime imaginando un rostro que no pude conocer.

Lo siento princesa, lo siento tanto.

Hija, no te conocí, pero te amé.
No te tuve en mis brazos, pero si en mi vientre.
No toqué tu pecho, pero sentí tu corazón hasta el último latido.
No pude besarte en vida, pero si en mis sueños.
No te tuve, te perdí.
No me dieron elección, te arrebataron de mi lado.

Perdóname por no protegerte del peligro, por ser una mala madre sin que me dieran la oportunidad de tenerte conmigo.

Te pido perdón por el daño que he causado. Por cometer el acto horrible en lastimar a las personas que más me quisieron. Por dañar a tu padre, por hacer sufrir a James y a Erika. Lo siento, lo siento tanto.

El aire se me está yendo, ya no queda nada. El agua se adentra por mis fosas nasales y pasa por mi garganta. Podría morir ahora, de no ser que me queda algo más por luchar.

Salgo del agua y toso varias veces. La náusea regresa y vomito, pero en esos vomitos, no hay nada. No me he alimentado bien.

Estoy tan débil.

Miro mi muñeca y la marca que ha quedado producto a mi intento de irme de esta vida. No es profunda, no tuve la valentía de hacerlo. Escucho el teléfono una y otra vez, se que Erika me ha llamado y me ha buscado, y yo me he alejado de todos, hasta de mi trabajo.

He vendido mis acciones, he renunciado a ese infierno que me ataba y me hacía ser quien no era.

Aún así no estoy mejor.

La conciencia me apuñala día a día, me recuerda todo el daño que le hice a Leonardo y a James, me recuerda mi falsedad y mi envidia, lo villana que he sido en la vida de algunos; quizás de todos.

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que James descubrió todo, quizás semanas, largas semanas en que intenté acercarme a él para hablar, pero no lo encontraba. Una vez fui a casa de sus padres y Anderson me recibió, no me permitió hablar y me cerró la puerta en la cara, pero antes me dijo: "no sirves para nada, eres una escoria y mi hijo jamás te va a perdonar. Las mujeres como tú solo sirven para una cosa; me ahorraré en recordarte lo que eres y siempre serás."

Me destrozó con sus palabras, me hizo sentir lo que yo soy: una zorra barata que solo se metió en su familia para desintegrarla. Cuanto me odio.

Después de ahí me di por vencida y solo encontraba consuelo con mi abuelo. Mi madre me pidió perdón por todo el daño que me causó y le dije que necesitaba tiempo para sanar mis heridas. Luego mi padre, con su orgullo de mierda, me discutió por haber abandonado el puesto de la empresa, y lo enfrenté hasta dejarlo sin palabras. Le dije todo lo que me hizo y de la forma en que arruinó mi vida. Lo dejé en silencio y con las palabras en la boca, me fui de esa casa y lo siguiente fue buscar a Leonardo, pero no estaba, su familia me rechazó en cuanto supieron todo. Me tacharon de mala y por más que expliqué lo sucedido, no tenía razones para que ellos me quisieran y entendieran.