Camino por el desierto, con la temperatura a cuarenta grados, quemando mi piel. El sudor moja mi cuerpo, a tal punto de que la ropa se me pegue. Llevo días buscándolo y aún no lo encuentro.—¡Soldado Douglas, le ordeno que dé señales de vida! —exclamo con la poca fuerzas vocales que me quedan. No tengo agua, ya no me queda nada después de vagar por tanto tiempo.
Caigo arrodillado en el cadente suelo que ya no me quema, pues creo que no muy pronto moriré. Miro al cielo y mis mejillas se mojan de lagrimas.
—¿Por qué Henry? —grito—. Él tenía mucho deseo de conocer a su hija, no es justo.
Agacho la mirada entendiendo de que de nada vale reclamarle a Dios porque de cualquier forma Henry ya no volverá.
Tras levantar la mirada creo estar delirando, veo a un soldado en la lejanía caminando hacía mi dirección, la luz potente no me permite ver su rostro; intento levantarme y hacer más corta la distancia, avanzando con la esperanza de que sea Henry.
Mis pies me llevan por el camino, aún sollozando con la garganta seca y la voz rasposa que me impediría gritar su nombre. Según nos vamos acercando él eleva sus brazos y la claridad se aleja dejándome ver a Henry. La emoción sucumbe mi pecho y corro con la poca fuerza que me queda, pues él me anima a hacerlo.
—¡Henry! —le llamo.
Avanzo hasta que finalmente lo abrazo, rogando que no sea solo un espejuelo, que sea real.
—James —susurra y me alejo mirándolo, es real. Toco su cara, sus brazos y miro completamente todo él buscando que no le haya pasado nada grave. Pero no, está completamente bien, no tiene un solo rasguño, incluso ni está sudando por venir caminando en el desierto.
—Henry, Dios mío, ¿qué fue lo qué te pasó? Te he estado buscando días y noches, no aparecías desde hace más de un mes.
Lo abrazo de nuevo buscando calmar mi estado ansioso y preocupado.
—James, necesito que te calmes, no tengo mucho tiempo —me dice y arrugo mi entrecejo con el corazón acelerado, sin comprender lo que ahora dice—. Solo he venido a agradecerte por ser un gran amigo, eres como mi hermano mayor. Gracias por todo, te amo James. Dile a Sandra que la amo y que cuide de nuestra hija, pues desde el cielo estaré velando por ustedes. Ahora... solo debo irme...
—¡No! ¡No me digas eso, Henry —exclamo con una voz desgarrada—. Tú estás aquí, tú estás vivo, no puedes irte.
—No, James. No estoy vivo, no estoy aquí, solo he venido a esto. Toma —me pone en la mano una una cantimplora de agua—, es para que no mueras de sed en este sueño. Nos vemos.
Me da un último abrazo y trato de no soltarlo, pero no fue necesario soltarlo porque con mi abrazo se ha desaparecido dejando un gran vacío.
—¡Henry! —grito tocando mi pecho y sintiendo que me arde.
—Sargento Connor, ¡despierte! —siento que alguien toca mi brazo y en cuanto abro los ojos veo al doctor, a su lado está Liza, Paul y mi comandante.
Entonces no fue real, fue un sueño. Lo peor es que fue un sueño en donde se despedía de mí.
—No, díganme que no es cierto, Henry no puede estar muerto —sollozo y busco una respuesta en sus rostros, en especial de Paul quien me mira triste.
—Lo siento —me dice Paul.
El dolor aumenta y me niego a escuchar más nada, quiero estar solo, quiero sufrir solo este sentimiento. Nadie lo va a entender, mi hermana va a sufrir muchísimo cuando lo sepa.
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Conquista a mi novio
RomanceApenas asimilo que mi hermana gemela me esté pidiendo que haga tal locura mientras ella se recupera del accidente. -Solo quiero que conquiste a mi novio, él no se dará cuenta que eres tú. Mierda... Portada creada por: redvisitor Prohibido copiar...