1- Ayúdame

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Acelero intentando rebasar a mis contrincantes corredores de motos. El aire caliente de San Diego se impregna por debajo de mi chaqueta.
Miro a mi izquierda, mi rival, Britney, la única chica que compite conmigo en medio de tanto hombres, se encarga de pasar por delante de mi, acelerando y creyendo que ésta vez ella va a ganar. He tenido 3 trofeo en primer lugar desde que inicié las carreras hace cinco años.  A Britney la conocí hace dos años, a intentado ganarme y no ha podido, creo que hoy no será la excepción.

Paso cambio y acelero más pasando por su lado y equivando unos cuantos oponentes gracias a mi bebé, mi moto voge 500R, la cual me ha servido de mucho en éste año.

Solo me quedan tres contrincante y estoy a punto de llegar a la meta. Sobrepaso el último, el segundo me equiva y hago lo mismo tomando una curva con mi rodillera izquierda me protegiendo mi rodilla. Logro estabilizarme y el deseo de ganar se apodera de mi logrando pasar del segundo, y solo me queda el primero, por su uniforme reconozco que es Mike, unos de los mejores corredores del país, ha ganado más de diez trofeo y tiene un recorrido por quince años, pero voy a tumbar su triunfo, porque yo puedo, porque quiero y deseo hacerlo.

Porque soy ganadora en todo.

Y estoy a par de él, volteo a mirarlo y me saca el dedo del medio, para luego girar y tomar la carrera recta.

Muy bien Mike, te ganaré.

Y acelero después de haber tomado el cambio y estando cerca de la meta, ya veo el triunfo. Me le acerco equivando y sacando el dedo del medio, vuelvo a tomar el control acelerando nuevamente y finalmente pasando la meta.

Los gritos y aplausos avisan de mi triunfo, he ganado y la felicidad no me puede más.

Me detengo y hacen de mi nombre un honor para todos. Me reciben con rosas, todas caen sobre mi y me quito el casco dejando mi cabello suelto al aire.

Y entre tanta felicidad y mi mención como la ganadora con un trofeo de oro, veo a mi amiga Lana con un rostro triste. Por su forma de mirarme me advierte que algo malo ocurre.

Firmo autógrafo y respondo a las preguntas de los medios deportivos. Siempre con las mismas preguntas de cómo una mujer puede ganarle a un hombre que ha tenido más récord.

Basura, yo rompo estereotipos.

Porque me considero capaz de todo lo que me proponga, no haría nada que no me guste.

—Felicidades —me dice Lana dándome un abrazo lo cual correspondo.

—Gracias, estoy tan feliz. Deberíamos irnos a festejar por un bar con unos cuantos chicos guapos, ¿qué crees?

Pero por su mirada siento que algo ocurre. Sus ojos viajan a otro lado, luego me mira y parece tragar seco.

Y lo va a decir. Me va a decepcionar.

—Es que ocurrió algo —confiesa aturdida.

—¿Qué ocurre? Ah ya sé, ya has vuelto con el tóxico de tu ex, normal.

Giro los ojos al decirlo y suelto una corta risa, pero ella no sonríe y no le hace gracia mis palabras.

Ahora entiendo que el asunto es peor de lo que creí.

—Es sobre tu hermana.

Mi hermana, vaya, ¿qué le pasó ahora? Ella es muy feliz, tiene una vida de ensueño, empresaria, con  mucho dinero, un novio que no conozco pero lo es todo para ella. En fin, su vida es para envidiar.

Y lo bonito de todo es que somos gemelas.

Maravilloso. Tan parecidas físicamente y tan distintas en personalidad. No tenemos los mismos gustos y nada que nos haga complementar.

Conquista a mi novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora