54- me echas al olvido

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Que te propones nunca
Más volverme a ver
Que mi tristeza no te puede hacer volver

Que todo a terminado ya
Que te haz acostumbrado a verme
Y no quererme y me haz abandonado

Me haz echado al olvido
Haz dejado de amarme
A tu amor lo he perdido
Y cómo voy a hacer para olvidarte


Soy muy romántica y de antaño, siento si no pongo música de sus gustos, pero esta define mucho cosas que pasan y que pasarán.

——-

No sé que hora son. Tampoco sé si ya ha amanecido. Lo  único que sé es que estoy acostada sobre su pecho y no me quiero separar de él. Escucho sus latidos a un ritmo normal, comparado a cuando hacía el amor conmigo. Por Dios, fue tan intenso, doloroso y hermoso, que todavía no lo asimilo. Me dijo que me ama.

Nos hicimos felices, lastima que no sea por mucho.

No quiero que esa puerta se abra, de hecho no quiero que ya sea de día. Quiero que esto sea eterno y nunca separarnos. Tal vez estoy pidiendo mucho e ilusionándome, aún sabiendo que todo va a cambiar en cuanto abra sus ojos. Pero no quiero que eso suceda y ya debo prepararme mentalmente para cuando pase.

Lo observo y se me escapa el aliento con solo un suspiro. Está tan dormido y distraído en su sueño, que quisiera acompañarlo en su fantasía. Ahora acaricio su piel desnuda con el roce de mis dedos sobre esos pequeños vellos crecen en su pecho; es mi macho, lastimosamente por hoy.

—Te amo —hablo con un susurro bajo y se rompe de nuevo mi corazón—. Quédate conmigo, por favor —mi súplica sale quebrantada—. Prometo no fallarte, amor. Prometo amarte siempre si tan solo me dejas estar a tu lado y no me eches al olvido.

No puede ser que esté llorando de nuevo.

Subo un poco y beso su mejilla, él respira profundo y sonríe, aún con sus ojos cerrados. Pero sé que duerme y que no me escucha.

—Te... amo —susurra despacio,  profundamente dormido sin abrir esos ojos tan hermosos, mi corazón vibra de emoción.

—Yo también —musito y beso sus labios con un beso corto y topado. James se remueve y se gira buscando una nueva posición, pues hemos dormido mucho en la misma. Me quedo de frente a él, ahora con mi cabeza sobre su brazo, lo sigo mirando.

Pienso en cómo nos vengamos de Paul haciéndole un desorden en este cuarto, pues hemos roto muchísimas cosas que ahora deberá restaurar o reemplazar. Tendrán un buen tiempo para limpiar, pues no pienso ayudar en nada. Se los buscaron, aunque ya no me arrepiento de esa broma, después de todo la he pasado bien.

James entreabre sus ojos y me mira soñoliento.

—Déjame abrazarte, preciosa —dice en voz baja acomodándose y asiento dándole la espalda para que me abrace. Me arropa, pues el aire está encendido, hace un poco de frío, y nosotros estamos desnudos dependiendo de una sábana. James rodea sus brazos por mi cintura y su cuerpo se apega al mío, mientras que coloca su mentón y mejilla en el hueco de mi hombro. Suspira me abraza más fuerte.

—¿No puedes dormir? —inquiere.

—No quiero.

—¿Por qué? —cuestiona en voz baja, con un tono curioso.

—Porque si duermo, cuando despierte ya no estarás a mi lado —confieso melancólica.

Me aprieta mucho más hundiendo su rostro cerca de mi omóplato derecho.

Conquista a mi novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora