2.Cicatrices.

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[Justin PV]

Me incliné sobre el pequeño y sucio lavabo de mi celda. Me empapé la cara con el agua fría que salía del mugroso grifo oxidado. Ese olor tan característico a hierro penetraba mis fosas nasales era cada día más insoportable.

-Es tu última noche aquí colega .- me dijo Harry, un chico negro demasiado joven para estar alli, mi compañero de celda desde hacía seis meses, que me observaba mientras me lavaba la cara. Mi expresión de asco seguramente lo habría llevado a animarme.

Los otros seis meses prefería olvidarlos. Me miré el espejo, y de reojo vi mis cicatrices en la espalda que aún estaban curandose.

-¿Qué se siente al saber que eres libre? ¿Es la mejor sensación que puedes sentir?.- insistió con tono risueño.

-No amigo, la mejor sensación es la venganza .- sonreí amargamente y me puse la camiseta.

-Así que piensas cobrartelas todas .- soltó una carcajada.

-No exactamente, pero sí tengo asuntos pendientes que resolver...- dije pensativo sentándome en mi cama.

El celador golpeó nuestros barrotes con su porra formando un gran estruendo lo cual evitó que cayera en mis pensamientos.

-¡Silencio sucias ratas de cloacas!.- gritó con desprecio y escupió en el suelo.

Los barrotes siguieron temblando durante un rato. Nosotros sin embargo no nos achantabamos por semejante guardia.

Ese guardia en concreto se lo podría llevar el viento con una sola rafaga. No debía pesar mucho más que una pluma. "Valiente vigilante..." pensé la primera vez que lo ví hace ya un año cuando ingresé en prisión.

Me acojonaban más los propios presos. Suerte que algunos ya no estaban allí para seguir la tortura. Aún tenia metidas en la cabeza sus rudas voces y esa visión de ellos desde abajo, desde el suelo, mientras me golpeaban una y otra vez todas las noches que a ellos se les apetecía...

-Si sigues así saldrás con una mano menos.- me advirtié Harry al ver que yo estaba aprentado con fuerza la navaja entre mis manos. Le miré avergonzado.

-Todavía lo recuerdo.- me lamenté.

-Y no es para menos.- se acercó a mí - Algo así no es fácil de superar.- me dió unas palmaditas en la espalda y sonreí de nuevo amargamente.

Los dos nos tumbamos en nuestras respectivas camas y coloqué la navaja bajo la almohada. Obviamente no era para nada legal tener armas dentro de prision pero aquellas estupidas reglas solo dificultaban más mi existencia allí dentro. Y gracias a saltármelas he podido sobrevivir.

Esa noche tenía claro que no dormiría, y si lo hacía sería con un ojo abierto. Me había creado demasiados enemigos allí dentro capaces de matarme justo antes de mi salida de prisión.

Antes, los primeros días, algo borrorosos en mi cabeza, en vez de guardar una navaja guardaba con recelo una foto de Lucy. Fui un estupido pensando que volvería a visitarme. Quizás la asuste cuando me vió tan demacrado justo antes de que conociera a Harry.

Titanium. [Justin Bieber Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora