Take. Cһªⁿʟı×

Eleven.🌹

Félix no era un chico sociable desde tiempos inmemorables, eso estaba en él totalmente escrito desde, quizá, cuando nació. Su infancia la recuerda con pocos amigos, feliz, pero con muy pocos amigos, solamente los necesarios.

En la preparatoria sufría de bullying constantemente por sus pecas, al ser “diferente” ante todos. Fue motivo de burlas, señalizaciones, hasta el punto que a sus trece habían empezado agredirlo por eso mismo, aquel grupito de patanes que siempre había en cualquier escuela, y Félix por mucho era un chico inocente y solitario, que vagaba por todos los salones de su escuela totalmente solo.

Recuerda ése día, claramente, era la tercera vez en el mes que le agredían, y empezaba a sentirse totalmente insuficiente, desolado, con baja autoestima, preguntándose para qué vivía sí constantemente iban a estar agrediéndolo por simplemente no ser como ellos, no tener el físico como ellos. Pero de pronto, lo que parecía ser un hoyo oscuro, desapareció completamente cuando este chico nuevo apareció, se cayó a golpes con sus agresores —que iban a su mismo grado—, en medio del pasillo.

Él era mucho mayor que un indefenso Félix de trece y, aún así, ahí estaba, ayudándolo.

Park Jaehyung, ése era su nombre. Era tres años mayor que él y, por ende, iba a otro grado, pero le había defendido de aquellos chicos que acusó como “niñatos inmaduros”, y le ayudó a levantarse del suelo limpiando todas sus heridas, mientras ambos iban a dirección a acusar a los niñitos que llevaban meses fastidiando a Félix desde que había entrado a la secundaria. Desde ése día una linda amistad se había formado.

Jaehyung se escapa de clases para llevar a Félix a tomar café y comer algún pastelito, ayudándolo en sus asignaturas que más se le dificultaban y convirtiéndose en un gran amigo. Siendo, prácticamente, su mejor amigo. Jae le ayudaba cada día a Félix con sus problemas y crisis existenciales.

Así poco a poco, poniendo de su propia parte, se quiso a sí mismo, cada parte de él y todo lo que componía. Pero, aún así, nunca logró ser sociable por más que lo intentará, así que sus únicos amigos siempre serían Jaehyung, Sungjin y Dowoon.

Los tres iban a cursos mucho más altos que él, a diferencia de Dowoon que iba dos años mayor que él y, aún así, hacían de todo para verse aunque sus horarios no coincidían.

Está más que decir que Félix se siente eternamente agradecido con los tres, más que todo con Jae porque gracias a él logró conocer a los otros dos y fue quien le salvó de sus agresores, en su momento.

Jaehyung siempre le decía lo lindo que era, cada momento, quizás hasta cuando simplemente respiraba Jae siempre soltaba un: “Joder, ¿no te cansas de ser tan hermoso? ¿No te duele la cara de lo bello que eres?”, sacándole millones de risas y un Sungjin golpeándolo y molestándolo con que lo iban a llevar preso.

Los cumplidos eran con frecuencia, las salidas de los dos empezaron a ser más frecuentes. La ida de Félix a los ensayos de Jae en su clase de guitarra eran más seguidas, al igual que cuando practicaba con su pequeño grupo que estaban formando, que solamente consistían en Dowoon y Sungjin. Y, las canciones más cursis que practicaban siempre eran dirigidas a Félix.

Así que, después de un año de aquello, de todo su tormento y su salvación con sus nuevos amigos, su nueva faceta y con todo lo que conllevaba, la química entre Jaehyung y Félix surgió rápidamente. Sin importar que Jae tuviera diecisiete y Félix catorce, ambos empezaron una relación, Félix finalmente conociendo su orientación sexual gracias a Jae.