Twenty Nine🥀.

134 20 3
                                    

"Deja vu", Ateez.
(Ya)

Pateó con toda la fuerza que tenía el estómago de Jeongin, quien se encogió en su lugar y lanzó una bola de energía vital. Lanzándolo a otro lugar.

La tierra debajo de él vibró, los árboles partiéndose y sosteniendo a Jeongin para inmovilizarlo. No lográndolo por mucho tiempo.

El druida de cabello blanco se lanzó al cuerpo de Félix, acorralándolo contra un árbol y sosteniendo su cuello con fuerza. Ahorcándolo.

—Vamos, Lee, eres más que eso —siseó, sonriendo de medio lado—. ¿O es tu noviecito sin camisa que no te deja pensar con claridad? —se mofó, enterrando sus uñas en el cuello del pecoso.

Félix luchó intentando zafarse de su agarre, sonrojándose al instante que Jeongin le recordó que Chris andaba por ahí sin camisa, "entrenando" a los demás licántropos para poder batallar contra los neófitos.

—Oh, el niño necesitado no puede controlar sus pensamientos sucios con su novio —mofó Jeongin, sus ojos tornándose verdes mientras la energía vital de la misma tonalidad lo rodeaba como una nube—. ¿Tendré que hacerme cargo de él? ¿Mandarlo a volar, quizá?

—No te metas con mi novio. —masculló Félix, dándole un gancho derecho en el rostro al druida.

Su energía vital rodeó a Jeongin, apresándolo en el aire, en una burbuja azul rey.

—Vamos, Félix. Con esto no vas a detener a la ex novia furiosa de un vampiro que viene tras tu culo y el de tu novio.

Félix explotó.

La energía vital se congeló en el aire, volviéndose densa mientras que alrededor del cuello de Jeongin se presionaba la misma, dejándolo sin aire.

Las venas azules se marcaron en el rostro de Jeongin, jadeando en busca de aire. No lográndolo.

Jeongin gritó de dolor, un grito ensordecedor que resonó en todo el bosque, alertando a todos los licántropos que estaban allí. Las aves tomando vuelo muy lejos.

El sonido claro que los huesos de Jeongin rompiéndose se escuchó fuerte, más sus gritos de dolor y agonía. Félix estaba matándolo sólo con su energía vital.

—Suficiente, Félix. —interrumpió Christopher, pasando sus frías manos por su cadera, mirándolo fijamente.

Los cables en la cabeza del pecoso conectaron y Jeongin cayó al suelo bruscamente, temblando de dolor.

Félix llevó una mano a su pecho, sintiendo su corazón desbocarse y las ganas de vomitar subir a su garganta. Un mareo envolviéndolo.

—Será mejor que no uses tu energía vital —comentó su padre, mirándolo fijamente—. Te descolocas un poco y pierdes los tiempos, es algo riesgoso. Además que terminas demasiado casado.

Félix miró a su padre, intentando estabilizar su respiración y poder decir algo coherente. Casi mata a Jeongin.

—¿Bromea, señor Lee? —preguntó jadeante Jeongin, llegando hasta ellos. Como sí nada—. Es todo lo que necesitamos. Mejor ocúpese usted de entrenar a los licántropos para mañana. Deben estar listos.

Take. Cһªⁿʟı×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora