Eleven🦋.

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"Middle of the night", Elley Duhé.
(Ya)

Christopher dejó un beso suave en sus labios, acariciando su mejilla con parsimonia, mirándolo con aquel brillo especial en sus orbes. Aquel dulzón y hermoso destello que lo hacía sentirse vivo.

—¿Seguro estarás bien solo?

Asintió con la cabeza, empujando al otro a la ventana con una sonrisa burlona en sus labios.

—Sí, no te preocupes. No queremos romper nuestro pacto porque la luna roja te altere. —se burló, sin mirarlo a los ojos, al recordar que día era y que pronto iba a salir la luna roja.

Era el gran día.

—Está bien, muñeco. Te veré mañana —Christopher se despidió finalmente—. Qué pases una buena noche.

—Tú igual —replicó—. Piensa en mí. —mofó, mordiendo su labio inferior en modo de provocación.

Christopher rodó los ojos.

—No hay necesidad de hacerlo con la luna roja, siempre lo hago.

—¡Cochino! —exclamó, abriendo la boca indignado—. Sal de aquí.

—Bien. Te amo.

—También te amo.

Christopher despareció por la ventana en un parpadeo después de sus palabras, haciéndolo sentir un peso extra en sus hombros. Aunque su padre sabía que el inmortal venía toda las noches a quedarse en su casa este todavía salía y entraba por la ventana de su habitación, era como una costumbre entre ambos.

Contó los segundos, mientras el sol se escondía por las montañas de Daegu. El cielo oscureciéndose al instante como si supiera lo que se avecinaba, y una extraña brisa helada entrando por su ventana abierta, moviendo las tontas cortinas.

La puerta de su habitación se abrió, Baekseung pasando en conjunto con Dahyun y unas muecas de preocupación en sus rostros. Entendían al peligro que se estaban exponiendo, pero para estas alturas ya no había vuelta atrás.

Buscó debajo de su cama en silencio, sacando una pala y demás herramientas de fuerzas que utilizarían para profanar la tumba de su mejor amigo. Un acto al cual se estaba preparando mentalmente aún, no quería irrumpir en su descanso. Aunque con todo lo que sabían quizás no estaba tranquilo.

Tragó el nudo en su garganta y metió todo en un gran bolso deportivo que casi nunca usaba, acomodando después las colchas de su cama para hacerle parecer a su padre que estaba durmiendo allí por si llegaba a entrar. Aunque ya eran las nueve y algo, para estas alturas ya estaría durmiendo.

Dahyun cerró la puerta con cerrojo por si acaso, y colgó su arco en su espalda, en conjunto sus flechas y su espada enfundada a un lado de su cadera. Preparada para cualquier cosa que pueda suceder.

—Vámonos. —dijo Félix, con una voz sorprendemente decidida que hasta él mismo se sorprendió.

Ambos elfos asintieron con la cabeza y treparon por la ventana, bajando fácilmente. Al llegar los tres abajo empezaron a correr en dirección al cementerio, ya que tenían que verse allí a más tardar a las 10 de la noche con Jeongin, ya que el hechizo tenía que llevarse a cabo justo a las 1:30 de la madrugada, porque era el momento en donde la mayor energía de la luna roja y energía común se concentraba y abrían portales para los seres del más allá.

Take. Cһªⁿʟı×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora