Epilogue.🌹

311 35 16
                                    

N/a: Mencionaré una canción en una parte del capítulo. Para mejor lectura agradecería que la colocaran cuando en capítulo lo amerite (es decir, cuando yo la mencione) la canción se llama “Iron & Wine” de Flightless Bird, American Mouth. Vayan buscándola.

¿Alguna vez se han preguntando qué se sentirá morir?

¿Alguna vez imaginaron morir en los brazos de la persona que tanto amas?

Pues, no era como imaginaba. Sí bien la muerte sería un desahogo total, algo de lo cual parecía ser tan hermoso que nadie ha vuelto de ella, no se sentía como imaginé.

Muchos se preguntan: ¿qué habrá después de la muerte? ¿Un vacío total o luz imparable? ¿De verdad existirá aquella deidad que escucha todas tus peticiones? ¿Aquel ser supremo? Sin embargo, es un total misterio para el ojo humano.

El ser un humano nos hace ignorantes a lo que está más allá, quizás se nos dificulte imaginarnos que habrá después de la muerte.

Pero, sí pensamos bien, la muerte puede ser lo que todos hayamos deseando siempre. Quizás la muerte no es más que un punto y aparte para una nueva historia, para una reencarnación, para una nueva vida tal vez…, o solamente es un lugar dónde está todo aquello que siempre hemos querido; amor, dinero, riquezas… Y, por eso, tal vez, nadie haya regresado de ella.

Estamos en está vida de paso. La gente pide por no morir pero simplemente eso se sale de nuestras manos. Hoy estamos, mañana no. A veces simplemente vivimos para los demás, para lo que dirán de ti, lo que quieres que piensen de ti, o simplemente por hacer feliz a demás personas, ¿pero a qué costo? Cuando mueras, te darás cuenta que nunca fuiste feliz por complacer a los demás.

Hay otros que dicen que la vida es subjetiva, un sueño o alguna alucinación de otro ser que maneja todo a nuestro alrededor. No somos dueños de nuestra vida y, por ende, no hacemos lo que queremos con ella, siempre tenemos que servir a algo, a la sociedad, familiares, etcétera.

Pero cuando estás cerca de la muerte, todo cambia. Tu perspectiva cambia, empiezas a valorar tu vida porque te das cuenta que no has hecho nada, que no has sido feliz lo suficiente. Y, en algunos casos, cuando buscas tu propia muerte y antes de llegar a ella ves todo aquello que no has hecho, que te falta por vivir, te das cuenta que no es el momento.

Posiblemente eso pasó conmigo. Eso pasó conmigo en el momento que ingresé a aquel salón de baile que me trae malos como buenos recuerdos. Ahí descubrí mi pasión por aquello, pero también la desilusión de quizás no ser lo suficientemente talentoso para eso. Entendí al pasar del tiempo, del porqué siempre que intentaba volver a lo que mi parte humana anhelaba, en ningún momento podía lograrlo. Siempre estaba ocupado, no había nadie quien me llevará, la desconfianza en mí mismo…

Luego, supe que, tengo talento, lo hay en mí, demasiado tal vez, pero no es mi destino. El baile siempre será como un hobby para mí.

Lo entendí en el momento de entrar a ese salón, donde casi muero, donde por mi terquedad busqué mi propia muerte. ¿Pero a qué costó? Mi madre nunca estuvo ahí, y a causa pude haber muerto. O, ¿quizás ya lo esté?

La confusión predominaba en mí. Pero según decían, al morir no sientes dolor, entonces, ¿por qué me duele todo el cuerpo?

Demonios, todo me duele, hasta la cara me duele.

Mi destino no era el baile, porque yo estaba destinado a estar con él, y estar con él implicaba no aparecer en medios públicos.

Estar con él significaba luchar contra la marea y siempre pasar por bajo perfil. Como licántropo sí podría serlo, cumplir mi sueño como bailarín profesional. Pero yo no quería ser licántropo.

Take. Cһªⁿʟı×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora