Twenty One🥀.

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Lo$er=Lo♡er (Loser=Lover), TXT.
(🥀)

Los síntomas de celo habían cesado levemente, aunque sea el primer día de su calor, puesto Olivia le había dado un té que le ayuda con sus síntomas y los calma, y lo hace sentir mucho mejor. No tenía ningún síntoma más del celo que no sea dolor de cabeza, un dolor de cabeza espantoso que le hacía querer golpear a alguien.

Pero ese dolor de cabeza no era por su celo, para nada.

-¡Yo pensé que jamás me llamarías! -exclamó la peligris, abrazando por los hombros al ojiazul-, siempre me llamas cuando necesitas algo, y pensé que ya no hacías ridiculeces, pero veo que te has metido en un problema mayor.

Ella rió con mucha gracia, mirando con ojos de iris rojo al pelinegro, mientras ambos compartían un asiento muy lejos de él, que fingía dormir ya que el dolor de cabeza por su "celo" lo tenía muy mal, e iba a descansar la vista. Ya que, dormir con dolor de cabeza sería contraproducente para su salud.

Ethan estaba durmiendo a su lado, teniendo una respiración tranquila y con su pecho subir y bajar constante, mientras él veía por entre sus pestañas como Chris compartía una amena charla con la peligris inmortal que había llegado antes de despegar el jet privado de los Bang, mientras él dormía plácidamente en brazos de su novio.

Ahora su novio estaba hablando muy animadamente con aquella enclenque de sonrisa bonita.

Soltó un suspiró intentando calmar a su bestia interior que solamente quería restregarse encima del que tomaba por su "alfa", cuando en realidad Chris no era ningún alfa.

Lo atribuyó a los efectos de su celo, según Olivia le contó que, usualmente, cuando los omegas no están fornicando, suelen ponerse muy melosos buscando atención.

Y Félix, en ese momento, se sentía como una mujer obsesiva con su novio, que ni siquiera quería dejarlo hablar con nadie que no fuera él.

Sabía que Chris, en su vida, lo engañaría. Pero, aquella mujer le inspiraría más confianza sí se le era presentada.

Sentía sus tripas retorciéndose en su interior, porque la primera vez -rogaba que la última- que Chris lo dejó, una mujer ridículamente hermosa tocó su puerta.

Como justo ahora había sucedido.

Aunque veía a la chica, y no veía aquellas intenciones ocultas en sus ojos rojos, no tenía la misma aura que Sana, para nada.

Quizás sea por los apodos ridículos como "Maldito loco", "Bobo con dos patas", "Desastre andante" y demás apodos extraños que le daba a Chris. Sabía que ella no tenía otras intenciones, y parecía respetar su espacio personal. Cosa que Sana no hacía ni con una pistola en su sien.

Se sentía mucho más tranquilo con la presencia de la mujer, que con la de Sana.

Cuando se dio por vencido de fingir seguir durmiendo, se levantó de su asiento, caminando hacia el de Chris, y, sin importar hacer una escena, se sentó en su regazo, buscando de su atención.

La mujer no le pareció importarle, solamente siguió parloteando como sí no hubiera un mañana, tomando con calma de su vino.

Chris rodeó su cintura con sus manos, besando su hombro con suavidad, mientras dejaba caricias con su diestra en su espalda, llenando sus pulmones con su fragancia.

-Bokkie, es de mala educación no saludar. -susurró Chris, usando un tono bajo y sereno, que lo hicieron recuperar sus ganas de dormir.

-No quiero. -refutó, utilizando un tono nasal.

Take. Cһªⁿʟı×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora