The End🥀.

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"Deja Vu", Dreamcatcher.
(Ya)

"Tenemos al elegido"

"Hemos cumplido nuestro trabajo con nuestra señora, seremos recompensados"

"Traeremos a Guajin a la vida"

No.

Abrió los ojos de un golpe, adaptando sus orbes a la luz de alrededor, más todo estaba oscuro y no podía ver absolutamente nada. Forzó su visión para poder identificar dónde se encontraba más nada sucedió. Sus sentidos estaban algo adormecidos.

Un punzante dolor en su brazo lo trajo a la realidad, además del dolor de cabeza que lo hacía marearse y sentir ganas de vomitar. Sus párpados temblaron buscando ubicarse, sentir algo, u oler algo, más nada vino a él.

Era como sí todo sonido, imagen u olor se hubiera esfumado, como sí estuviera sordo, ciego y mudo. Todo a la vez.

Intentó mover sus brazos más nada ocurrió, se sentía tan cansado que quería volver a dormir, pero no podía permitirlo, no sabía dónde estaba, o con quién se encontraba y demás voces ajenas a la lejanía lo perturbaban.

Movió otra vez sus brazos, y sintió un potente ardor en sus muñecas. Estaban siendo retenidas por algo, estaba amarrado por algo muy fuerte.

El ardor se intensificó y gimió.

Era plata.

Con sus sentidos adormecidos volviendo a él lentamente, intentó jalar para ver si podía romper las cadenas de plata que lo tenían amarrado. Tenía que salir de allí cuánto antes, hoy sería su cambio, y al parecer la luna estaba por salir. No podía darse el lujo de quedarse ahí a la espera de que alguien viniera por él, porque nadie vendría.

Las lágrimas rodaron por sus mejillas, sintiéndose débil, asustado, intentando llamar a su omega interior para ver si podía hacer algo, pero nada. Estaba demasiado débil para hacerlo, dolía hasta respirar.

Más no se rindió y siguió jalando, intentando desatarse. Estaba acostado en lo que parecía ser una camilla de hospital y sus manos estaban atadas a la cabecera de esta, muy bien retenidas por un candado que logró identificar.

Gimió adolorido al sentir la sangre bajar por sus brazos, había abierto heridas en sus muñecas por la fuerza que imponía intentando salirse de esas cadenas de plata. Esperó a que sanará y así poder seguir jalando para escapar, pero eso no sucedió.

Sus heridas se abrieron aún más.

Anonadado siguió jalando, arqueando su cuello para centrar sus orbes en lo que podía y ver la situación, más todo a su alrededor giró y su bilis subió a su garganta.

¿Por qué no podía sanar? ¿Qué sucedía? Aún así con las cadenas de plata adormeciendo su lado licántropo, aún quedaba su lado druida que podía sanarlo en una décima de segundo.

—Deja de jalar, te vas a lastimar.

Ladeó su cabeza ante la voz femenina que había escuchado en aquella extraña habitación, buscando la dirección de donde había salido más no pudo hacer otra cosa que cerrar sus ojos e intentar que el mareo sopesará en él.

—¿Q-Qué...? —carraspeó para aclarar su voz aunque su garganta doliera—, ¿qué m-me hicieron?

—Yo te trajé aquí de lo poco que recuerdo, luego me desvanecí y creo que te han drogado. —alegó Rachel, pareciendo igual de adormecida que él. Su voz viniendo de su frente, posiblemente de la otra camilla que se encontraba allí.

Take. Cһªⁿʟı×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora