One🦋.

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"My Love", Sia.
(Ya)

Un mes.

Había pasado un mes desde que el corazón de su mejor amigo se detuvo para siempre.

Un mes en el que su corazón también pareció haberlo hecho.

Un mes en el que se preguntaba constantemente quién era y a dónde debería ir justo ahora.

No encontraba consuelo, no hallaba cómo rehacer su vida nuevamente, no sabía cómo volver a empezar. ¿Había un manual para hacerlo, siquiera?

Parece que hubiera sido ayer que Jake lo abrazó, le dijo lo mucho que le quería y ahora solamente... nada. No había nada. Era como sí su vida se hubiera detenido de un golpe, como sí todo perdiera color de repente.

¿Cómo es que había sucedido? ¿Por qué tuvo que suceder? ¿Era que la vida tenía algo en contra de él?

En el vacío de su mente aún podía escuchar la risa de Jake, podía oler la leve fragancia a alcohol que antes de su rehabilitación desprendía, su olor común a pinos y cerezas, podía sentir su calor común.

Quería fingir que nada ocurría, que seguía siendo el mismo Félix de siempre, pero sentía que una parte de su corazón hubiera sido arrancada de un golpe. Como sí hubieran acuchillado en pedazos su cuerpo, pero mil veces peor.

Pero no sabía sí siquiera quedaban restos de él en alguna parte.

Se sentía como un fantasma constantemente, y se vio horriblemente dependiente de Chris, de sus brazos, aunque por las primeras semanas no quería ni verlo. Quería que todos se esfumaran, eso quería.

Y Christopher se mostraba incondicional ante él que sentía que era por culpa. Culpa; porque aunque Jake hubiera ido ese día bajo su propia responsabilidad, Chris terminó respondiendo a sus berrinches y esto había sucedido.

No quería creer que su novio había matado a su mejor amigo, pero últimamente llegaba a pensarlo y el recelo crecía en él. Pero sabía que la culpa fue de ambos.

Y Chris parecía bastante culpable con eso.

Lo notaba, las veces que iba a escondidas al cementerio, las veces que pasaba por el frente de la casa de Jake, las veces que alimentaba a cookie a escondidas. Sentía culpa.

Y él también.

Porque, por su maldita abuela todo esto estaba pasando, todo esto había sucedido en su causa, casi directamente. Y, maldición, más odio por ese demonio no podía sentir justo ahora.

Había llamado un par de veces a Niki, también preocupado por su seguridad, pero su hermana le había atendido todas esas veces; Niki se encontraba bien, sólo "cayó por las escaleras" y se encontraba en un estado crítico, despierto y vivo, y quizás era eso lo que más le hacía sentir tranquilo. Aunque eso de "cayó por las escaleras" no se lo creía ni con una pistola de balas de plata en la sien.

Niki estaba vivo, era lo que importaba. Quizás podía vivir porque no se encontraba emparejado con la marca de Jake, pero aún así eso no quitaba el dolor que sentía, porque ni siquiera fue capaz de decirle lo que sucedía aquí en Corea, donde todo se convirtió en un desastre. También la hermana le dijo que cualquier emoción fuerte podía deteriorar su estado, así que tampoco dijo nada por ese hecho. Quería que Niki se recuperará primero.

Take. Cһªⁿʟı×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora