Eleven🥀.

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“All of me”, John Legend.
(Cuando la mencione en el capítulo)

Colgó de las cintas en el techo, dando giros con suavidad mientras una canción aleatoria de su celular se reproducía por las bocinas del estudio. Su cabello dorado cayó hacía abajo cuando colgó de cabeza y apoyó su fuerza a sus piernas y muslos.

Se paró de manos en el suelo y bajó de las cintas con facilidad al encontrar que no podía regresar a su posición anterior por hacer un paso mal. Se frustró y volteó, mirando fijamente la cinta púrpura desarreglada, bufó. Desde hace tiempo estaba intentando volver a su posición común después de colgar de cabeza y nunca lo lograba.

Sostuvo con sus manos nuevamente la cinta de tonalidad púrpura y colgó de ella con facilidad, enredando sus piernas en ella, casi tocando el techo con facilidad. Se aseguró de sostenerse con suficiente fuerza y que sus piernas estén lo suficientemente enredadas en la cinta, para luego dejarse caer y colgar nuevamente de cabeza, balanceándose de un lado a otro.

Formó un arco con su espalda y tomó suficiente impulso, echándose hacía delante y hacía atrás con toda la fuerza que tenía y con mucha precisión, logrando rozar la punta de sus dedos con la otra cinta que colgaba de la pared.

Sonrió y regularizó su respiración, calmándose por un segundo, para luego lanzar todo su cuerpo hacía la cinta contraria, logrando tomarla con sus manos. Se sostuvo de allí y en menos de un parpadeó su cuerpo cayó completamente en la otra cinta, logrando dejar de estar de cabeza.

Festejó soltando chillidos contento, y enredó la cinta para lograr dar vueltas, extendiendo sus piernas cubiertas por un lindo shorts quizás demasiado corto pegado al cuerpo para más comodidad de movilización. Dio vueltas por un momento, volviendo a enredarse en la cinta y colgar de cabeza con facilidad, pero esta vez mucho más alto, casi tocando la bombilla del techo.

—¿Qué demonios haces colgando de techo así? —una voz conocida resonó en toda la sala, alertando al pecoso que dio un brinco en su lugar y gracias al movimiento algunos de sus miembros inferiores se aflojaron de las cintas y empezó a resbalarse.

Alarmado, el contrario se acercó y lo cargó antes de que cayera al suelo. Estando de cabeza sería muy peligrosa su caída.

Lo cargó cual bebé y le sostuvo con firmeza de sus gorditos muslos, ambos rostro chocando al instante con una distancia mínima el uno del otro.

Félix respiró inestable frente al esfuerzo físico que había llevado a cabo, pero más el vértigo que le ocasionó el otro por hablar y ni siquiera anunciar su llegada, como sí la manada fuera su territorio donde podría entrar y salir, siendo que prácticamente todos los licántropos odiaban a los inmortales.

—Es que yo práctico esto. —dijo, casi sin aliento.

Christopher sonrió de medio lado y acercó peligrosamente su rostro al contrario, donde sólo la respiración se compartía y podía sentir con claridad la calidez que transmitía el ajeno, más todo su aroma regado por la habitación.

—Me asusta que un día caigas de cabeza.

Félix soltó una risa sosteniéndose de los hombros ajenos mientras envolvía sus piernas de la cadera ajena. Sus mejillas sonrosadas por el calor y además por haberse sometido desde hace rato a una hora de ejercicio.

—No lo haré. —dijo negando con la cabeza el pecoso, sintiendo sus pies descalzos finalmente tocar de a poco el suelo.

Se separó algo avergonzado de la cercanía que tuvo con el otro y caminó hasta las bancas del estudio, tomando su envase de agua mineral y bebiendo un gran trago.

Take. Cһªⁿʟı×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora