Three🥀.

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“The beach”, The Neighbourhood.
(🥀)

Eran tan patético. Demasiado.

Y lo podía decir en voz alta.

Jugó con el palito que tenía en las manos en la arena grisácea, mientras sus pies descalzos tocaban la fría agua de la playa. Cerró sus ojos e inhaló a profundidad, dejando que el olor a sal marina impregne todos sus sentidos. Los recuerdos invadiendo su mente al instante y haciéndolo sentir tan desolado.

Tan masoquista a la vez, buscaba su propio dolor a lugares donde se lo recordaban, era tan idiota y a la vez tan melancólico. Quizás se había vuelto adicto a su propio dolor, a hundirse más en su miseria.

Quizás cuando pruebas el dolor por mucho tiempo, sentirte cómodo con él y tener la necesidad de buscarlo, es uno de los efectos secundarios de estar enfermo.

Le quemaba internamente, y aún así, estaba allí, sin derramar ni una sola lágrima, solamente mirando como el sol estaba en el cielo, observándolo atentamente y siendo partícipe de su miseria, en aquella playa que albergaba muchos recuerdos y que fue un lugar color de rosa que ahora estaba totalmente gris.

Sentado en el mismo lugar, trazando figuras imaginarias con aquel palito que consiguió. Podía ver claramente, aunque el tiempo y el agua se lo hubieran llevado, sus nombres en la arena. Podía ver aquel ridículo pollo allí más sus ridículos corazones, aunque no hubiera nada. Podía escuchar su risa contenta y sarcástica aunque no estuviera a su lado, podía sentir su presencia y su olor aunque ni siquiera estuviera presente.

Sentía como sí hubiera sido ayer el día de su felicidad extrema y hoy era el día de su muerte interna.

Quizás lo peor que pueda existir en este mundo es sentirse muerto cuando aún estás vivo. Y, eso era lo que tenía él. Estaba totalmente muerto y desolado aunque siguiera con vida, y era horrible.

Estar varado, totalmente perdido en un arcoíris que pasó de ser con todos los colores a ser de tonalidades grises.

Varado en aquella playa llena de recuerdos. ¿Qué hacía ahí?

Suspiró abriendo sus ojos y sacó de su bolsillo una cajita que Hyunjin le había regalado hace una noche cuando estaban hablando. Tomó un cigarrillo y lo encendió, colocándolo entre sus labios y encendiéndolo después con el fuego en sus dedos.

Inhaló y simplemente soltó el aire, tosiendo un poco porque aún no sabía cómo hacerlo del todo, pero luego sintiéndose mejor. Más tranquilo y sin menos peso. Como sí su cuerpo fuera de agua y pronto sería arrastrado con las olas hasta desintegrarse en el océano. Volverse uno más con los peces y toda vida marina, sin sentir, sin vivir…, sonaba tentativo ahora que lo pensaba.

Y, seguía varado en aquella playa. ¿Qué hacía allí?

—No sabía que fumabas.

Sacó el cigarrillo de su boca y ladeó la cabeza, encontrando aquellos orbes verdosos que se encontraban perdidos mirando el azul del océano, sus ojos reflejando el color del mismo viéndose totalmente hermoso con su cabello castaño cayendo en su frente levemente.

—Nuevo hábito. —respondió, restando importancia al hecho de estar fumando y dio otra calada a su cigarrillo, soltando el aire con facilidad y viéndolo irse lejos con la brisa fuerte de la playa.

Take. Cһªⁿʟı×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora