3. La Mudanza

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Mar

Nos separamos y comenzamos a recorrer la casa y todas ya hemos escogidos nuestras habitaciones. Mi habitación considerablemente grande pero no tanto como el de Sky y la de mamá, pero me gusta, me acerco a una venta y puedo ver hacia la habitación de los vecinos de al lado y mil imágenes se vinieron a mi mente.

Imagínate que el dueño de esa habitación sea un chico alto y guapo como si fuese uno de los chicos de wattpad, que este así de bueno como esos personajes ficticios.

Me quedo mirando la ventana embobada en mis pensamientos de libros y películas, cuando noto movimiento en la habitación de los vecinos, Música a alto volumen empieza asonar, quedo en total chok cuando lo veo: un chico semidesnudo, solo con una toalla alrededor de su cintura, chorreando agua por un perfecto cuerpo, esta de espaldas, y está bailando, y es que no se mueve nada mal.

Decide darse la vuelta y cuando me ve sus ojos se abren y yo solo me estoy riendo a carcajadas de lo que acabo de ver, levanto mi mano en forma de saludo, el me ve un tanto furioso y apaga la música y me grita desde su habitación.

—¿Tú quién eres? —Está enfadado, se nota por el tono de su voz y su ceño fruncido.

—Soy tu nueva vecina. —Apoyo mis manos en el marco de la ventana, él me da una última mirada, no dice nada y cierra las cortinas de su habitación, mis pensamientos me atrapan, pensando en el extraño de al lado hasta que alguien toca la puerta de mi habitación, sacándome de mi transe.

—Ya nos vamos ¿Con quién hablabas? —Summer pregunta con curiosidad.

—No era nadie. —Digo despegándome de la ventana

—De acuerdo, oye conocí al vecino. —Dice esperándome en el marco de la puerta.

—¿Enserio? ¿Cómo es? —La curiosidad me come.

—Pues no hable mucho con el que se diga, solo sé que, en esa casa. —Señala la casa de al lado. —Viven tres hermanos y su padre.

—¿Y la madre? —Ahora sí que me muero de la curiosidad.

—¿Tú crees que me senté con él a tomar el té? —dejo salir una risa mientras ella voltea los ojos. —Vamos que mama espera. —Summer se da la vuelta y comienza a caminar.

—Oye espera, que esto puede ser una buena historia.

No puedo creer que ya haya paso una semana. Estamos empacando las ultimas cosas y metiéndolas en el camión de la mudanza, es hora de decir adiós. Ya no hay nada en la casa, solo recuerdos que aún duelen, estamos en la sala recordando aquel sábado de dolor.

—Es hora de irnos. —Mamá dice con unas cuantas lagrimas rodando por sus mejillas, todas asentimos y al salir por la puerta siento que de verdad me pude despedir, esta vez sí le pude decir adiós a papá.

Llegamos a la casa nueva, que un dato curioso que nos compartió mamá, es que la casa de al lado es igual a la nuestra, estas fueron nombradas: las gemelas Jook. En las casas vivían las gemelas Kooj, hasta que una de ellas murió y su esposo vendió la casa, dicha casa es la del vecino, pero la nuestra, según lo que se cuenta es que la sr. Kooj se quedó durante años a recordar a su hermana, hasta que conoció a un joven que la hizo recordar sus años de gloria, vendió todo y se fue a las islas de los galápagos.

Los hombres de la mudanza nos ayudaron a bajar las cosas del camión, y ofrecieron su ayuda para colocar algunas cosas, como un inmenso espejo de Sky, fue una tarea difícil subir esa cosa por las escaleras, Summer tambien tenia lo suyo, la casa cuenta con una habitación extra en la primera planta, por lo que mama, dijo que la podíamos tomar como una sala de juegos, lo cual fue absurdo, por que Summer se adueño de ella haciendo un gimnasio.

Mar ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora