11. Regemos Las Plantas

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Mar


De acuerdo, todo bien, todo va a estar bien. No hay que sentir:

Miedo

Terror.

Ozuna.

All is well.

Repacemos:

Sky ya no es virgen, Orión le dedico una canción a Summer, mis hermanas y yo somo populares, León está enojado o dolido conmigo, estoy en el auto de Henry camino a casa y Mike se inscribió en el mismo instituto solo para recuperarme, si claro todo está bien.

—Mar, oye ¿Estás bien? —Henry me llama, sacándome de mis pensamientos.

—¿Qué dijiste?

—Que si ¿Estas bien? Te lo preguntó por qué cuando viste tu teléfono te quedaste ida viéndolo ¿Está todo bien? —Henry me pregunta, mostrando un poco de preocupación.

—¿Bien?, nada en mi vida está bien ¿Ok? A ver, mira, lo admito tenía novio mucho antes de todo, pero eso se acabó hace tiempo, y ahora mi ex quiere que las cosas vuelvan a ser como antes y se inscribió en el instituto, y ahora él va a estar en el mismo salón que León y yo. Todo, pero todo en mi vida está mal, yo estoy mal de seguro es eso, oye dime ¿Qué tengo mal? ¿Ves algo mal en mí? ¿Será que nací en un día de mala suerte? Pues claro, nací el 31 de octubre, debo conseguir un ojo turco —Henry deja salir una risa enfocando su vista en mí, lo veo extrañada.

—Mar cálmate, tú no tienes nada mal, es el mundo que está roto, a ver, mira, ve y habla con León él ha sido mi amigo desde los 10 años bueno en realidad todos hemos sido muy amigo desde niños, conozco a León y le atraes, no sé a qué grado, pero le atraes, solo habla con él y aclara las cosas, y tu ex, ya paso su tiempo, que no te afecte, ignóralo ¿De acuerdo?

—Sabes que tienes razón a... ¿Oye por qué no nos movemos? —Dejo de hablar, mirando a mi alrededor.

—Porque llegamos hace ratos a tu casa —Henry se ríe.

—Hay por Dios, no que pena con tigo —Me llevo las manos a la cara, Henry deja salir una risa.

—No te preocupes, es bueno hablar con alguien de vez en cuando ¿No?

—Coincido con tigo ¿Quieres pasar un rato? —Henry se lo piensa unos segundos y acepta, bajamos de su coche encaminándonos a la entrada de mi casa.

Estamos hablando afuera de mi casa, sentados en el pórtico, Henry no quiso entrar, dijo que no quería incomodar, estuvimos hablando un buen rato, lo conocí mejor.

Henry Eduardo Mejía Pérez, el hermano menor de cuatro hermanas, vive con sus padres, pero ellos nunca están en casa por el trabajo, pasan viajando de un lugar a otro, por lo que siempre pasa solo en casa, algo que caracteriza a Henry es su cabello, es rizado de un color castaño oscuro, y sus ojos azules. Bien podría ser un modelo.

Luego de un rato que hemos hablado de tonterías vemos que se acerca un coche y es el coche de León.

—Mira es León, deberías ir a hablar con él —Henry me dice y tomo valor para hablar con él, me levanto y doy unos cuantos pasos, hasta que algo me detiene, no puedo caminar, lo que vi me lo impidió, me doy la vuelta y Henry está de pie con los puños cerrados, unas lágrimas rebeldes caen por sus mejillas. No tengo idea si son de tristeza o de furia. A esto me refiero, cuando digo que las cosas o el panorama completo puede cambiar en una pequeña milésima de segundo.

¿Qué fue lo que vimos para que a mí me detuviera e hiciera llorar a Henry? La respuesta a esa pregunta es muy simple, lo que Henry y yo vimos fue nada más y nada menos que a Nora. Cuando León se bajó de su coche, la puerta del copiloto se abrió y de ella bajo Nora, ella corrió a abrazar a León seguido de un beso, no un beso cualquiera, un beso apasionado, Henry sigue ahí, las lágrimas a un caen, hasta que Henry empieza a caminar y noto la ira en sus ojos.

Mar ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora