Mar ✔

45. Papá Perro

➡Sky Gállego⬅

Cansancio y Soledad.

Esos han sido los componentes que han acompañado mi vida en los últimos días. Con el accidente de Summer, la universidad, Mamá internada, y la casi desaparición de Mar, todo se ha vuelto un desastre.

Mamá aún sigue molesta con la familia de papá desde el funeral, por lo que dijo que no les hablara por nada del mundo. El abuelo, se fue a un crucero a recorrer todo lo que pueda mientras tenga vida.

Le llame a la Tía Page, pero como era de esperarse, sigue sin contestar las llamadas, la tía Page es la hermana menor de mamá, cuando termino el instituto, se tomó un año sabático, lo cual fue una patraña, porque no ha vuelto en más de 5 años, hemos recibido postales, fotografías de los lugares en los que ha estado, pero nunca responde las llamadas.

En fin, estoy sola.

Esa es la historia de la familia. Dos abuelos paternos vivitos y coleando, que odian a mamá, dos tías paternas, que igual odian a mamá, y desquitan su odio con nosotras culpándonos de la muerte de papá. Un abuelo paterno, que es un don juan, gracias a Tinder, y una tía, que desapareció hace un poco más de cinco años. Definitivamente, solo se puede contar con uno mismo.

Me he dado por vencida con mi vida, solo me queda seguir adelante, aunque este harta de este mundo, no pienso dejarle el gusto a todos los que me quieren ver destrozada, así que cabeza en alto y sonrisa perfecta.

Tú puedes.

—

Estoy en urgencias recogiendo las ultimas pertenencias de Summer que aún sigue en un coma inducido, no ha habido mucha mejoría. Los golpes que recibió su cuerpo —más el de la cabeza­— han sido difíciles, y las cirugías no pueden pasar más haya, el estar tanto tiempo en quirófano, Summer puede llegar a empeorar, sus heridas son demasiado graves para su cuerpo.

Los doctores aun creen que es un milagro que su corazón siga latiendo, solo es cuestión de esperar y esta vez, dejar que el tiempo lo cure todo.

Estoy firmando, unos últimos papeles, para la salida de mamá, cuando las puertas de la sala se abren de golpe.

—Abran paso. —La voz de un enfermero, hace estruendo en toda la sala.

—Adolescente de diecisiete años, inconsciente, poca funcionalidad al respirar, con registro de problemas neurológicos. —Un paramédico ayuda a empujar la camilla en la que va una chica con vestido rojo, enfoco mi vista de nuevo a las cosas de summer y los papeles.

—¿Sabemos quién es? —Los doctores y paramédicos siguen hablando.

—Mar, se llama Mar. —La voz de otra persona que recuerdo se hace presente.

¿Mar?... Mar... Un cierto miedo comienza a recorrer mi cuerpo.

No hay muchas chicas que lleven ese nombre en esta ciudad.

Dirijo mi vista a la camilla, donde se encuentra aquella chica, sin poder ver quien es por los doctores que la rodean.

Juan Carlos está parado a unos cuantos pasos de ahí, jalando su cabello, vestido con un traje rojo, a la medida.

¿Qué hace el aquí?

Doy unos pasos más con miedo hacia la camilla, rogando que por favor no sea... Mar, mi hermanita, la que siempre me cuida, la que siempre esta cuando la necesito, ruego, porque no sea ella, la que se encuentre en esa camilla.

Spoiler: Mis suplicas no sirvieron mucho.

—¡Mar! —Dejo salir un grito, las lágrimas acuden a mis ojos. —¡¿QUÉ LE HICISTE DESGRACIADO?!