➡Mar Gállego⬅
Ira, ansiedad, miedo. Todos los sentimientos se apoderaron de mí, al escuchar de la boca de Juan Carlos que estuve hablando con el asesinó intelectual de la muerte de mi padre.
No es justo que personas, así anden paseando por el mundo como si nada, y que la maldita justicia no sirva para nada, estoy cansada de ver cómo la gente hace lo que se le dé la regalada gana, y crea que no tiene que pagar las consecuencias por sus actos.
Lili, me acompaño hasta una de las pequeñas mesas que acompañaban aquel salón.
—¿Estas bien? —Lili me ve preocupada.
—¿Bien? No estoy para nada bien, ese sujeto anda caminando como si nada, tiene esta enorme mansión a costas de otros, respira, come, va a fiestas. —Mi voz se quiebra. —Cuando mi padre, está...a tres metros bajo tierra, por su maldita...avaricia.
Lili pone una de sus manos en hombro, jalándome hacia ella, enrollando sus brazos alrededor de mi cuerpo en un abrazo.
—Todo pasara linda, la ira que sientes, el dolor, el estrés de ser insuficiente para tus seres queridos, pasara...solo necesitas más tiempo para sanar.
Batallo contra mis ojos, para estos no derramen las lágrimas que luchan por salir. Me separo de Lili.
—Gracias. Iré al baño, ya regreso. — me encamino a la salida del gran salón en busca del baño.
Me cruzo con uno de los camareros, que llevan las bandejas con copas de vino, champan y otros tragos más, le pregunto donde se encuentra el baño, él muy amable me indica donde se encuentra.
Me encamino al baño, que no se encuentra demasiado lejos del salón, estando ahí, logro calmarme, retomar mi postura, demostrar que sigo siendo fuerte que esa persona no ha formado estragos en mí.
El está bien, el puede dormir por las noches con su conciencia tranquila por haber matado a mi padre, el no se preocupa por ese detalle.
Salgo del baño, regresando al salón con Lili, cuando un mano rodea mi brazo con fuerza, halándome de prisa. Sin perder más tiempo, me giro con brusquedad, golpeando su rostro con mi mano libre, soltándome al instante, la persona que me llevaba agarrada se agacha cubriendo su rostro con sus manos, él se reincorpora al instante, dejándome congelada ahí mismo.
—¿Tío Carlo? —Se queja de dolor, cuando se quita las manos de su rostro.
—Agh, Mar ¿Qué haces aquí?
—¿Yo? ¿Tú que haces aquí? —Él me ve con cara de pocos amigos.
—Yo soy bastante grande para que me hagan ese tipo de preguntas ¿Qué haces aquí? —Vuelve a preguntar con intensidad.
No veía al tío Carlo desde que nos mudamos, él fue a vernos un día antes de la mudanza, despidiéndose, diciendo que se iría a Tokio por un tiempo, necesitaba darse un tiempo, lejos de toda su realidad.
—Vine con unos amigos ¿Cuándo regresaste?
—Este no es lugar para andar con tus amigos, vamos.
Intenta tomarme de nuevo del brazo, pero retrocedo. Algo no está bien.
—¿Cuándo regresaste? —vuelvo a preguntar
—¿De qué hablas? ¿Regresar de dónde? —Me ve confundido.
—¡Carlitos, viniste! —Una voz se hace presente. Alexandro Cortes, líder de la Mara Dragones, aquellos que mueven las armas en la ciudad y controlan a la policía a su antojo.
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Mar ✔
Teen FictionElla es una chica con una vida aparentemente normal, hasta que León se cruza en su camino, él se convertirá en uno de los factores que le darán un giro de ciento ochenta grados a la vida de Mar. Finalizada: el 30 de Diciembre del 2022