29. Perdí

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León Mendoza

Ir a ese maldito parqué de diversiones fue la peor idea del mundo. Si tengo vértigo, lo cual es ridículo, porque me puedo subir a una escalera, ver por la ventana de un tercer piso y todo normal, pero el solo hecho de pensar en subirme a un elevador que sé que me llevara a un piso que está a miles de kilómetros del suelo, me enferma.

Haber dicho que la adrenalina está cubriendo mi miedo, fue una estupidez, haber mentido por quedar fuerte frente a Mar, fue la perdición de mis entrañas.

Estoy en la cochera revisando mi moto para esta noche, Henry me acompaño, mientras las chicas estaban en la casa de Mar.

—Y ¿Estoy perdonado? —Me levanto del suelo donde estaba y limpio mis manos, que se ensuciaron.

—León somos amigos de años, eres el primer amigo que me escucho y supo entenderme, no quiero perder tu amistad.

—¿Amigos? —Abro mis brazos y me acerco a él.

—Amigos —Henry me abraza—Pero tendrás que arreglar la moto para Mar.

—Esa moto será difícil de arreglar.

—Se te será fácil arreglarla, así como se te fue fácil destrozarla —Suelta una risa.

—Vamos adentro con las chicas. Por cierto ¿Tú y Mirella? ¿Cuándo paso?

—Fue justo hoy, las cosas pasaron muy rápido, y desde que termine con Nora, ella se ha vuelto más presente en mi vida.

—Vaya, quien lo diría ¿Te gusta? —Miro a Henry que sonríe como un idiota.

—Me gusta —Afirma —Es que no la vez y ya sé que lo de Nora es muy reciente, pero de algo estoy seguro y es de que no pienso dejar ir a Mirella, ella es especial —Los ojos de Henry brillaron como nunca antes.

—Yo digo que la amaras muy pronto —Él me da un empujón y entramos a la casa de Mar, ella y Mirella están platicando en la cocina.

—¡Hola! ya vinieron —Mar nos saluda apenas nos ve —¿Quieren un poco de agua?

—Si por favor —Henry a mi lado se sienta al lado de Mirella, donde ella está sentada —¿De que hablaban?

—Cosas de chicas —Comenta Mirella, mirando a Mar.

—Claro, oye deberíamos irnos ahora para venir temprano —Mar me da un vaso de agua. —¿Crees que puedas conducir así?

Mi dolor de estómago estaba empeorando, y es que la verdad no me sentía para nada bien.

—Te estas poniendo pálido.

—Estoy bien, vámonos —Tomo un poco de agua, y todos nos encaminamos a la salida, Henry y Mirella se van en el coche, Mar insistió en acompañarme.

—Yo puedo irme solo Mar.

—No te dejare solo en estas condiciones —Dice poniéndose el casco, hago lo mismo que ella y me subo a la moto.

Luego de un rato llegamos a la polvera, Nos reunimos con Mirella y Henry.

—Veremos a Mar correr —Mirella da saltitos de emoción.

—No soy tan buena —Mar se encoje de hombros.

—No mientas, eres grandiosa, le ganaste a Alex y a mí —Digo sonriendo.

—Si, pero fue con tu ayuda, esta será oficialmente mi primera carrera.

—Estarás bien —Henry pone su mano en su hombro como consuelo.

Mar ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora