Mar ✔

35.Puta

—Solo dime ¿Qué pasa?

—¿Qué quieres que te diga? Felicidades.

—Solo fue un beso.

—Un beso mis nalgas, pendejo.

—Esto fue un error.

—Error haberte conocido...

Abro los ojos de golpe, saltando de mi cama.

—¡Mar sal ya de la cama llegaras tarde! —La voz de mi madre desde el pasillo hace que mi mente vuelva a la realidad.

Era un sueño, solo un sueño, miro al reloj al lado mi cama, es tarde.

Otra vez.

—¡Bajo en un momento!

La rutina vuelve a comenzar, lunes, primer día de la semana para ir al instituto, busco mi uniforme me ducho de prisa, me visto, y salgo de mi habitación a toda velocidad, bajo las escaleras, y mi madre me ve, con reprobación.

—Ya lo se mamá —le digo tomando una manzana del frutero.

—¿Las pastillas?

—En la mochila. —Le doy un beso en la mejilla. —Bay ma, te quiero.

EL claxon del auto de Hércules suena. Salgo corriendo de casa y me acerco al auto, y como siempre soy la última en subir, apenas cierro la puerta Hércules acelera.

El camino rumbo al instituto, estuvo lleno de silencio, León estaba sumergido en su móvil, Sky y Hércules no se dirigían ni la mirada, Summer y Orión, iban en un extremo silencio que era abrumador, y raro en ellos.

Decido mirar por la ventana, y justo en ese preciso momento, veo la casa de Juan Carlos, la moto aún sigue ahí donde la deje, lo que me hace recordar que hoy tengo que ir a la polvera, y según el horario de JC hoy aprenderé a disparar.

Mierda, olvide salir a correr, como me dijo Bobby, hoy me matara.

Jah, salgo a correr en la noche, no hay problema.

Llegamos al instituto y todos no bajamos, Nos despedimos de los chicos, ellos aceleran rumbo a la universidad, Summer y Orión caminan juntos hasta la entrada del instituto, veo de reojo a León, quien está guardando su móvil en su bolsillo.

—Ya me dirás que hablaste con JC, la noche que perdiste. —León se dirige a mí.

—¿Perdón?

—Eso ¿De qué hablaron JC y tu esa noche? no tuve la oportunidad de preguntártelo. —su tono de voz es acusatorio.

—Buenos días, primero ¿No? —digo con fastidió.

—Lo siento, no es de mi incumbencia, solo preguntaba porque quería saber si estabas segura.

Genial ahora me siento mal, por tratarlo así. Viéndolo mejor León solo se preocupa por mi seguridad, quiere que este a salvo, no puedo culparlo, entiendo que se preocupe por mí, así que solo hay que darle cierta información con un poco de maquillaje.

—No, tu discúlpame a mí, tu solo te preocupas por mi y lo entiendo. —dejo salir un suspiro. —Me pidió trabajar para él.

—Está bien, te entiendo, pero ¿Qué tipo de trabajo? —comienza de nuevo con un tono un poco fuerte. —¿Fuiste a la polvera cuando te escapaste? no es así. —me toma del brazo acercándome a él, y puedo percibir, un fuerte aroma a alcohol.

—¿Estuviste bebiendo?

Me suelta de su agarre apartándose de mí.

—Hey, ¡mírame! ¿Estuviste bebiendo? —me acerco a él, tomando su rostro con una mano, obligándolo a verme. —¡Contéstame!