48.Mano Derecha

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Mar Gállego

Las serpientes están invadiendo la polvera.

Juan Carlos, Bobby y yo, nos fuimos directo a la polvera, sin pensar en nada más, la polvera es el hogar de los roedores, y aunque antes yo solo lo consideraba un simple lugar abandonado, me di cuenta de que también es mi casa, aquí paso gran parte de tiempo mi padre, y JC.

Aunque mi padre fue una mierda como hombre en vida, fue un buen padre siempre nos cuidó a todos, aunque por separado, pero nos amó, y eso no lo puedo negar.

—Llegaremos en unos minutos. —habla JC al volante.

—¿Cómo es posible que las serpientes estén invadiendo la polvera? —cuestiono desde el asiento trasero.

—Se tuvo que haber notado la usencia del jefe, y como dice el refrán: Cuando el gato se va, los ratones hacen fiesta.

—¿Qué descubriste del tipo que noqueé en la casa?

—Ni una mierda, fue una pérdida de tiempo, no quiso hablar.

—¿Qué hiciste con él? —en el fondo ya se la respuesta a esa pregunta, pero mi mente necesita confirmar.

—Llame a unos amigos que quisieron jugar un rato con él.

—¡Llegamos! —nos informa JC deteniendo en coche, bajando de este, a toda velocidad, nosotros seguimos sus pasos.

La polvera es un desastre, hay motos derribadas en la entrada, algunos chicos corren de aquí para allá, los gritos y algunas suplías se escuchan con descontrol.

—Hay que entrar. —les digo, observando el caos.

—No, no sabemos que pasa adentró, sería como ir a la guerra sin balas.

—Pues busquemos las balas.

Salgo caminando al gimnasio, recordando que una de muchas noches que pase ahí, Bobby me dijo que en la oficina había armas y radios por situaciones de emergencia.

Llegamos al gimnasio, encaminándonos a la oficina, sacamos el armamento, entre los tres estamos cargando las armas, cuando escuchamos que la campana de la puerta, se escucha dejándonos helados a todos. JC hace una seña de silencio, colocando uno de sus dedos sobre sus labios, encaminándose a la salida, despacio se asoma por el umbral de la puerta logrando ver todo el gimnasio.

—¿Qué haces aquí? —lo escuchamos hablar, para seguido Bobby y yo ir tras él.

Nos encontramos con Alex, el chico con el que me enfrente en mi primera carrera. El esta tumbado cerca de la puerta, con su respiración hecha un desastre, apenas sus luceros caen en JC, estos brillan con gozo.

—¡JC! —se levanta a escasas, acercándose a JC. —¡Estás vivo!

—Pues claro que estoy vivo imbécil ¿Qué está pasando afuera? —le responde JC con fastidio.

—Son las serpientes, están invadiendo todo, hay muchos roedores heridos, otros están atados, los camellos de las gárgolas, están tratando de defendernos, pero no podemos, las serpientes nos doblan en número.

—¿Cómo llegamos a esto? —Bobby pregunto alterado.

—Fue por la noticia.

—¿Qué noticia? —los miro a todos con confusión.

—Se corrió la voz de que JC, estaba muerto...sin un líder heredero, o mano derecha, la mara se disolvería, eso altero a los roedores, pero todo se descontrolo esta mañana cuando las serpientes, llegaron, apoderándose de todo.

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