𝓛𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 𝓢𝓮𝓬𝓻𝓮𝓽 | Gojo Satoru |

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– ¿Vamos al cine?

Decir que el mensaje le sorprendió fue poco. A pesar de que habían intercambiado números con el propósito de quedar algún día, no esperaba que de verdad fuera a invitarle, y menos después de tan solo unos días. Dudó un poco antes de escribir una respuesta, ¿hace cuánto que no pedía un día libre? Y no era porque no se los dieran, sino porque nunca tenía nada que hacer, y prefería trabajar a estar un día tirada sin hacer nada, entonces los iba acumulando. Juraría que ya tendría alrededor de dos meses.

Por el horario de Satoru, habían acabado quedando el sábado por la noche. Una simple salida entre amigos al cine, pensó Miyuki. Nada podía salir mal en el plan.

Quedaron en ir al cine que se situaba en el mismo centro comercial donde estaba la cafetería donde trabajaba la fémina, así perderían menos tiempo que yendo a cualquier otro lugar.

Se situaron delante de la cartelera que se situaba fuera del cine (aquel cine tenía todas las películas, sus horarios y sus precios fuera del establecimiento, además, las taquillas se encontraban dentro).

– ¿Qué me dices de esta? — preguntó el peliblanco, señalando una imagen. Miyuki se acercó a él para ver mejor a la película que se refería, encontrándose un póster lleno de florituras y como color principal un rosa que casi le hacía daño a los ojos —

– Lo siento pero no — vio como el contrario hizo un pequeño puchero infantil, pero desvió su mirada y se fijo en otra película —. ¿Qué te parece esa?

– Demasiada acción, es repetitiva, y cuando al final los dos protagonistas acaban saliendo da la sensación de que es muy forzad... ¡Au! — dio un par de saltos a la pata coja por el dolor que le había producido el pisotón de la castaña —.

– ¿Y qué me dices de una de terror? — la vista de la mujer empezó a examinar todos los posters para encontrar una de ese género — Después de un par de días de su estreno nadie suele ir a verlas. Será la sala para nosotros solos.

– ¿Podrás aguantar la tensión de una película de terror? — ya se había recuperado de su daño, y miró por encima de las gafas de sol a su compañera, desafiándole con la mirada — ¿O tendrás que abrazarte a mi al primer susto?

– Ya veremos quien se abraza a quien, Gojo — le devolvió la mirada desafiante, y señaló una de las películas —. ¿Qué te parece esa? Según la crítica tiene buenos sustos.

– Trato hecho. ¿Cuándo empieza? — ambos se inclinaron para fijarse en la hora, sin ninguna intención de retroceder al reto que se habían autoimpuesto —.

– Dentro de dos horas...

La solución fácil hubiese sido escoger otra película que empezara más temprano, y así ahorrarse estar dos horas sin hacer nada en el centro comercial, pero el orgullo de ambos se había puesto sobre la mesa. Sabían que si decían sobre ver otra película el otro se burlaría de que no es lo suficientemente valiente.