Los días pasaron desde aquel encuentro, y con ello se empezaron a formar las semanas. El hombre había ido un par de veces más al local, siempre comprando dulces para llevar. A Miyuki le sorprendía bastante la cantidad de dulces que aquel hombre compraba, pero lo enlazó con que igual era para familiares y/o amigos.
Desde su primera compra, había aprendido a no quedarse embobada como idiota cuando lo veía.
Había tenido bastante suerte de que aquel día los empleados que había estaban en la cocina o en el cuarto de empleados, y sobre todo, que no estuviera Sakurai porque había pedido el día libre.
De forma inconsciente, se las había apañado para que solo ella lo atendiera, aunque supuso un par de despistes que consiguió ocultar de forma inteligente a la gerente, como cuando se le quemó un poco los bizcochos, y gracias a la magia de el topping pudo ocultarlo, al punto de que ni siquiera se notaba en el sabor.
– Muchas gracias por su compra — agradeció al peliblanco que aquel día había vuelto para comprar aquella cantidad excesiva de dulces —. ¡Qué tenga un buen día!
– Muchas gracias — respondió, casi de forma infantil, recogiendo su pedido. Cuando estaba cogiendo las cosas las gafas de sol cayeron un poco del puente de su nariz, haciendo que la castaña pudiera ver durante unos segundos sus ojos —, e igualmente.
Se dio la vuelta mientras se colocaba bien las gafas. Aquellos orbes eran de un color impresionante, parecía que tuviese el cielo impresos en ellos. En ese momento Miyuki se dio el lujo de verlo alejarse hasta la salida, gracias a la poca clientela que había aquel día. Su sonrisa seguía dibujada en su rostro, y no la sonrisa automática que ponía cuando estaba trabajando y necesitaba ser amable con los clientes, sino una sonrisa mucho menos exagerada y más natural, la que le solía dedicar a Sakurai o a algún compañero más cuando estaba de muy buen humor y habían hecho algo que le resultaba divertido.
Miró la hora en un reloj que había colgado en el local, y se percató de que su descanso había empezado hace 10 minutos. Apenas se había dado cuenta de la hora mientras que atendía a aquel hombre.
Suspiró y se dirigió al cuarto de los empleados. Pensaba que allí iba a estar el 99% de los empleados, esperando para preguntarle si le había pedido el número, pero para su sorpresa, solo estaba la rubia de brazos cruzados, sentada de brazos cruzados en una de las sillas de la sala.
– ¿Y bien? — preguntó mirándola amenazadoramente. Para ser tan baja, Sakurai Naomi podía ser muy intimidante cuando quería, y más cuando Miyuki no tenía ni idea de lo que había hecho —.
– Si me has preparado algo de comer, aun no lo he probado, pero seguro que está muy bueno — soltó la castaña después de pensar durante unos segundos en una respuesta y en lo que podía haber hecho para cabrearla —.
– ¡No! ¡Eso no! — gritó molesta mientras se levantaba, casi tirando la silla — ¿Qué te pasa con ese chico? Es la primera vez que te veo sonreírle así a un cliente.
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𝓛𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 𝓢𝓮𝓬𝓻𝓮𝓽 | Gojo Satoru |
Fanfiction- "Este ha sido el secreto que me has ocultado hasta a mi. Bien, lo comprendo, pero eso no quiere decir que me deje de doler" ☆ Jujutsu Kaisen no es de mi propiedad, le pertenece a Gege Akutami. ☆ La portada no es mía, créditos a su creador. ☆ Gojo...