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 – ¡Pleno! — exclamó el peliblanco, levantando los brazos victorioso, mientras que la castaña solo miraba frustrada los resultados —

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– ¡Pleno! — exclamó el peliblanco, levantando los brazos victorioso, mientras que la castaña solo miraba frustrada los resultados —

Miyuki todavía guardaba el dinero que ganó después de descubrir a unos hombres haciendo trampas en el poker, así que ese día salió a la luz su lado amable, y decidió invitar a Satoru a jugar a los bolos, aunque había tenido bastante mal ojo escogiendo el local. Aquel sitio estaba lleno de pandilleros y muchos hablaban en distintas jergas que ni siquiera era capaz de comprender.

A pesar de ese ambiente, en ese momento se estaba lamentando profundamente por la paliza que estaba recibiendo.

Cuando estaba pagando, le preguntó al mayor si sabía mucho de jugar a los bolos, a lo que su respuesta fue: "Solo se lo esencial". Se sintió un poco aliviada, pues ella tampoco era muy buena en ello, así que no haría demasiado el ridículo.

Satoru cogió la bola más pesada que había, y la tiró como un profesional, tirando todos los bolos a la primera. "Será la suerte del principiante" pensó, mientras recogía las bebidas que había pedido, hasta que al volver vio como hacía otro pleno.

Ella tardo mucho tiempo en poder tan siquiera hacer un semi-pleno, y ese hombre sin tener poca o ninguna experiencia estaba tirando todos los bolos como si trataran de papeles.

– ¡Casi lo consigues! ¡Has tirado nueve bolos! — comentó el mayor con una sonrisa, observando como la menor se sentaba de nuevo en el sofá del lugar —

– Esto es una humillación en toda regla — susurró, acercando su bebida a sus labios, bebiendo un poco —. ¿No se supone que sabías solo lo esencial de los bolos? — el contrario se encogió de hombros, y rió antes de levantarse para ejecutar su siguiente pleno —

Antes de darse cuenta, todo el mundo los estaba observando, pues era la primera vez de la mayoría de personas que veían a alguien hacer tantos plenos seguidos.

Por fin, para deleite de la menor, la partida terminó, dejando ver los resultados en una de esas animaciones cutres que tenían las boleras, mostrando los 300 puntos que tenía el ganador.

– Felicidades, acabas de tener la máxima puntuación que se puede tener jugando a los bolos — informó la castaña, mirando como sus puntos eran menos de la mitad —. Bueno, ¿te lo has pasado bien?

– ¡Claro! ¡Has estado tú ahí! — sonrió en su forma exagerada que lo caracterizaba, y se acercó un poco más a ella — ¿Tú te lo has pasado bien? — la menor pensó un poco, hasta que finalmente dibujo una leve sonrisa en su rostro, asintiendo —

– Supongo que lo importante es divertirse y no ver la paliza que me has dado — dijo, antes de sentir como la empujaban hacia un lado, alejándola de Satoru —.

– Que buen personaje tenemos aquí.

Un hombre alto (aunque no tanto como el peliblanco) y robusto ocupó la posición en la que estaba la fémina unos momentos antes. Esta volvió a ser empujada por otra mujer, muy bajita a pesar de que llevaba plataformas, que se colocó al lado del desconocido.

𝓛𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 𝓢𝓮𝓬𝓻𝓮𝓽 | Gojo Satoru |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora