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– ¿Al cine de nuevo? — preguntó extrañada la castaña —

– ¡Hoy no puede fallar! — exclamó con ilusión el varón — ¡Hoy no hay fiesta! ¡Le he preguntado a todo el mundo!

– Ya. He visto como se lo preguntabas al guardia de la entrada — susurró para si misma, parándose delante de la cartelera del cine, mirando las películas —.

– ¡Mira! ¡Esa es muy buena! ¡Es una pena que al final... — consiguió ser silenciado a tiempo por la fémina que le tapo la boca de golpe —

– Una sola palabra más y te juro que conmigo no entras.

Barajaron varias opciones, aunque al final acabaron decantándose por una de acción que ninguno de los dos había visto. Compraron las entradas, pidieron las palomitas dulces (petición del mayor) y las bebidas, y fueron a la sala correspondiente. Tenían unos asientos en una fila alta, por lo que verían bastante bien la película, y bastante solos, pues el resto de personas se sentaba en filas más adelantadas.

La película finalmente comenzó. Para Miyuki no estaba muy mal, pero tampoco podía considerarla un 'peliculón'. Todo se volvió muy incómodo cuando llegó la típica escena donde la el protagonista y la chica se empezaban a besar. Fue ahí donde se dio cuenta de que muchos de los espectadores eran pareja, y que estaban disfrutando demasiado esa escena... Pero no por precisamente verla.

Suspiró suavemente, mirando la película intentando ignorar las parejas más cercanas, cuando sintió como un dedo hacía una pequeña presión en su hombro. Miró a Satoru, el cual le miraba con los labios apretados en una fina linea.

– Se me ha caído tu bebida — susurró, mientras mostraba como efectivamente su envase estaba vacío —.

– ¿Cómo se te ha podido caer? ¿Está ahora el suelo mojado? — bajó su mirada y levantó su pie más cercano a él —

– Bueno, no se me ha caído. Pensaba que era mía y me la bebí — corrigió el peliblanco —.

– ¿Cómo no puedes darte cuenta de que te estabas bebiendo el mío si era té frío y tu estás bebiendo fanta? — murmuró enfurecida, intentando mantener el tono bajo —

– ¡No lo sé! ¡Simplemente pasó!

– ¡No uses frases tan fuera de contexto aquí! — dijo, mientras intentaba evitar mirar al grupo de chicos de la fila de enfrente que los miraban con confusión —


·····


La película al final fue un rollo. Tuvo un final extremadamente forzado, y a parte de beberse su bebida, Satoru se había comido todas las palomitas para cuando quiso probar. Aquel hombre era un pozo sin fondo. Esa era la impresión que tenía de él en aquel momento.

– Espera aquí, Miyuki — dijo el varón una vez que hubo tirado los envases a una papelera —.

Y así lo hizo. Se sentó en un banco que había cerca del centro comercial y empezó a esperar. Cinco, diez, quince minutos. Estaba a punto de llamarle para saber si le había pasado algo cuando el mayor por fin apareció, cargando en sus manos algo que no podía distinguir bien desde lejos.

– Perdona por haberme comido todo — se disculpó, extendiendo hacia ella un sándwich que venía guardado en un envase de plástico transparente y una fanta —.

– ¿Has ido a buscar comida para mí? — preguntó con algo de extrañeza en su tono de voz —

– ¡Y lo que ha costado! ¡Deberían poner más máquinas expendedoras aquí! — se sentó a su lado y colocó lo que le había traído en las piernas femeninas, para poder apoyar sus manos en el banco y echarse un poco hacia atrás — Se ha hecho muy tarde al final. No voy a poder cenar por culpa de las palomitas.

La fémina solo asintió, y abrió el envase donde estaba el sándwich para darle un pequeño mordisco, comprobando que estaba bastante bueno, no porque llevaba ingredientes que le gustaran, simplemente, le sabía mucho mejor por alguna razón. Dudó un poco a la hora de abrir la fanta, pues no era muy fan de las bebidas gaseosas, pero no quería hacerle el feo, así que dio un sorbo, comprobando que aquello también le sabía mucho mejor que otros días.

Un suave escalofrío le recorrió la espalda. Ya estaba algo oscuro y el frío no se había hecho esperar. Antes de que se pudiera quejar por el clima, sintió como el frío que tenía en la espalda desaparecía, y como ahora tenía una prenda de vestir que era notablemente un par de tallas más grande de lo que debería.

– Está empezando a refrescar — comentó el peliblanco, quitándose las gafas de sol de una vez —.

– ¿No vas a tener frío?

– No te preocupes. Esta camiseta abriga muy bien.

Agradecía su gesto, pero Miyuki detestaba que por ayudarla los demás se quedaran sin algo, así que aquella vez, fue ella la que se acercó al varón, y extendió la chaqueta lo mejor que pudo para que cubriera con dificultad a los dos.

– No quiero que ahora pases tu frío por mi culpa — le dio otro bocado al sándwich, esta vez más grande, para no tener que hablar en un buen rato —.

– Eres un encanto, Miyuki — rió el peliblanco, abrazándola por los hombros —.

– Lo sé. Ahora voy a disfrutar de mi cena. 



Esta historia se está publicando linealmente, aunque eso no quiere decir que se escriba igual

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Esta historia se está publicando linealmente, aunque eso no quiere decir que se escriba igual.  De hecho, el siguiente capítulo estaba escrito mucho tiempo antes que este.

¿Por qué cuento esto? 

Bueno, estoy barajando los finales de la historia porque me siento inspirada. Es verdad que me limité a mi misma con el prólogo, pero aun así tengo actualmente unos cuatro finales distintos pensados. Estoy buscando el mejor, pero está siendo difícil debido a que Jujutsu Kaisen todavía sigue en publicación y no quiero mantenerme lo más lineal posible a la historia original. 

La cosa es que estaba escribiendo uno de los posibles finales, y se me fue la luz, y pensé "No lo he guardado, pero bueno. Hay veces donde solo he escrito dos líneas y Word me deja recuperar parte del contenido" 

Que risa fue cuando vi que unas dos mil palabras se diluyeron en los mares de códigos de mi ordenador... Que risas... 

Estoy metiendo mucho relleno.

 El dato del día de hoy es simplemente que, a pesar de que Miyuki piensa que su cumpleaños no es de importancia y  que el horóscopo no tiene sentido, se entretiene mucho mirando ese tipo de información, y de hecho algunas veces se sorprende cuando ve que algo encaja con sus gustos. 


𝓛𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 𝓢𝓮𝓬𝓻𝓮𝓽 | Gojo Satoru |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora