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 El varón zapateó nervioso, frotando sus manos y sin poder evitar mirar una y otra vez por los ventanales de la cafetería donde esperaba

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El varón zapateó nervioso, frotando sus manos y sin poder evitar mirar una y otra vez por los ventanales de la cafetería donde esperaba.

Por doceava vez levantó la cabeza cuando escuchó la puerta abrirse, y, por fin, sus ojos se cruzaron con los orbes caoba. Miyuki se dirigió a su mesa y se sentó tranquilamente, con una pequeña sonrisa.

— Bueno, Izumi, ¿por dónde empezamos? — habló, con un tono animado y alegre.


·····


— No lo sé, mamá... — dijo Miyuki, sosteniéndose el puente de la nariz.

— Por favor, de verdad que es muy importante. Dai solo estará contigo un par de días. Nada más que eso. — aseguró Aya a través del teléfono.

— Pero...

— Si hace algo fuera de lugar, yo misma iré a sacarle a patadas de tu piso. No tienes que tolerar nada en tu propia casa. — afirmó.

— ¿De verdad? — preguntó ella, bajando la mirada.

— De verdad.

— Está bien. Solo unos días estará bien.

— Para cualquier cosa te pedirá permiso, y, si ensucia más de la cuenta, siéntete libre de pegarle un puñetazo.

— ¿Puede ser Satoru el que le pegue el puñetazo? — esa pregunta tuvo un tono más vacilón, pero, tras unos segundos de silencio, escuchó a Aya suspirar.

— Supongo que los puñetazos de él son más fuertes, así que sí.

Miyuki no pudo evitar sonreír de felicidad.


·····


— ¡Miyuki! — gritó Naomi, lanzándose a su cuello y abrazándola por detrás, provocando que la aludida se inclinara para evitar ahogarse.

— ¡Me vas a partir la espalda! — exclamó, sin terminar de recuperarse de la sorpresa. La mujer estaba abriendo el local, así que no había ni un alma en el centro comercial.

— ¡Mira! ¡Mira!

La rubia se separó de ella, y, delante de su cara, agitó su mano, mostrando un anillo con lo que parecía una diminuta amatista incrustada.

— No puede ser verdad... — murmuró Miyuki.

— ¡Me voy a casar! — chilló la blonda, dando saltos de emoción.

Al recuperarse de la impresión inicial, Miyuki no dudó en atrapar a su amiga en uno de sus saltos y abrazarla para empezar a girar sobre si misma, riendo de alegría.

𝓛𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 𝓢𝓮𝓬𝓻𝓮𝓽 | Gojo Satoru |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora