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 El cambio de estación llego a Japón en un abrir y cerrar de ojos

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El cambio de estación llego a Japón en un abrir y cerrar de ojos. De un día para otro todos se habían visto obligados a cambiar sus armarios por ropa veraniega para no sentir (o al menos evitar un poco) la agobiante sensación de calor.

Y como no, Sato Miyuki, se encontraba trabajando sin descanso con la mitad de la plantilla. Casi todos habían cogido vacaciones en algún punto del mes, y como Satoru se tenía que ir a un "viaje de negocios" no veía razón alguna para pedir algún día libre en agosto.

Aquel día a finales de julio empezó como otro cualquiera, solo que con la carencia de la presencia del peliblanco. No apareció por allí en todo el día, ni tampoco le escribió ningún mensaje o le mandó algún sticker que le pareció gracioso. Nada.

Se había empezado a preocupar cuando empezó a anochecer y seguía sin haber noticias de él, hasta que como un rayo blanco apareció delante suyo en el mostrador cuando el local estaba vacío y solo estaba ella presente.

– Oi oi — llamó con rapidez, antes de apoyar sus manos en el mueble, inclinándose un poco hacia la chica —. ¿A qué hora sales hoy?

– Hola, ¿qué tal? Yo también me alegro de verte. Yo también espero que te haya ido bien el día — al notar la mirada insistente del contrario a través de las gafas de sol, suspiró —. A la de siempre, ¿por?

– ¿Quieres ver hoy los fuegos artificiales conmigo? — hubo unos segundos de silencio, antes de que el peliblanco prosiguiera — Ya sabes, los fuegos artificiales del último sábado de julio.

– Se a que fuegos artificiales te refieres, Gojo — respondió la castaña, pero con una leve sonrisa triste negó, pues a ella también le hubiese gustado ir aunque hubiese sido sola —. Sabes que me toca el turno de cierre. No se si nos daría tiempo a llegar. Si solo pudiera cambiarlo con algún compañero... — la bombilla en el cerebro de Miyuki se encendió, y con rapidez se giró y se empezó a dirigir al cuarto de empleados — Espera un momento.

Y justo como esperaba, en la sala de empleados se encontraba Natsuki. Un tipo que no destacaba especialmente por su buen trabajo, y que de hecho, le debía favores a todo el mundo. Factor que iba a aprovechar la fémina.

– Natsuki — se acercó a él rápidamente, colocándose a unos pocos metros, asustando al hombre —, ¿puedes cerrar tu hoy la tienda? Me ha surgido algo urgente — él la miró disgustado cuando le extendió las llaves, pues a nadie le gustaba el turno de cierre, algo que no es novedad —. Me la debes de cuando saqué los bizcochos del horno y os salvé a todos de la regañina que os iba a caer de Nakamura — el contrario resopló, pues sabía que en una discusión no iba poder ganarle, y cogió las llaves con brusquedad —. Yo mañana vendré más temprano para limpiar el local. Así me aseguro de que no cree gas nervioso con la lejía y el agua oxigenada — pensó — Me voy ya. Suerte.

Rápidamente se quitó el delantal y cogió sus cosas. Salió junto con el peliblanco. Nada más salir por la puerta del centro comercial, cierto moreno entró en la cafetería. Aquel era su día libre, así que cuando su compañero lo vio se extrañó bastante.

𝓛𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 𝓢𝓮𝓬𝓻𝓮𝓽 | Gojo Satoru |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora